sábado, 19 de agosto de 2017

ONU revela informe que la canciller Holguín no quiere que leas



                                                                                                                                         Freddy Martínez

En estos momentos la canciller colombiana María Ángela Holguín anda de avión en avión, de llamada telefónica en llamada telefónica y de micrófono en micrófono, tratando de mostrarse al mundo como la nueva Madre Teresa de Calcuta en eso de socorrer a “miles y miles de venezolanos que huyen de una hambruna y de una prolongada crisis humanitaria”; puesta en escena encargada a la oligarquía bogotana por la derecha política internacional para desacreditar a la República Bolivariana y para tapar a su vez, las visibles arrugas que significa que Colombia sea el primer país del mundo con más personas desplazadas por situaciones de guerra, según un informe recién publicado por la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados).

La canciller Holguín enseña su rostro, muy para la revista Hola, y suelta la primera declaración de pose humanitaria: “Hemos acordado recibir unos 500 mil venezolanos solo en la frontera de Villa del Rosario para protegerlos de la escasez de alimentos, de la falta de medicina y de la inseguridad que el gobierno venezolano no ha podido resolver; por ello el gobierno de nuestro Nobel de la Paz ha previsto un plan de emergencia con nuestras instituciones humanitarias, toda vez que Colombia es un país seguro, respetuoso de los derechos humanos, de la democracia y de las libertades; asimismo, bla bla bla...”.




El rostro serio y telenovelesco de la canciller amanece al siguiente día en todas las portadas de la prensa que diariamente matiza y esconde las acciones terroristas de los guarimberos venezolanos, exhibiéndose como una digna diplomática toda mandada a hacer para la mediática de Miami, Bogotá y Madrid; sin embargo, la canciller tiene tantas arrugas en sus mejillas que el maquillaje que le ponen las corporaciones de la comunicación no se la pueden ocultar tan fácilmente, y es que la ACNUR acaba de publicar importantes datos y balances donde se revela que el país de Shakira, Juanes y Salvatore Mancuso, ocupa el primer lugar del planeta en personas desplazadas y el sexto puesto del mundo con personas refugiadas por situaciones de guerra. Así como lo lee.

Hoy, cuando en el verano de Mallorca se escucha con éxtasis y furor el “Despacito”,la exitosa pieza musical de Luis Fonsi, Colombia aparece como el país que ha originado más de siete millones de personas desplazadas producto de los conflictos armados entre los diferentes actores enfrentados, en un área que abarca el 60 por ciento de territorio sin control del Estado. Así como lo lee.

Los datos de la ACNUR

La ACNUR acaba de publicar a través del informe Tendencias Globales 2016, que Colombia es el país que ha creado más desplazados internos en el mundo con una cifra acumulada de 7,4 millones de personas por encima de países en guerra como Siria con 6,3 millones y de Irak con 3,6 millones de desplazados. El informe dice que “a pesar de la firma de los tan esperados acuerdos de paz, aún había millones de desplazados internos a finales del año 2016”.



El sitio el País.com.co (fuente colombiana) confirma los datos aportados de la ACNUR, señalando que “desde el 2013, cuando la cifra en el país fue de 5,3 millones de desplazados por el conflicto, el número ha aumentado en más de un millón de casos, lo que llevó que Colombia se ubicara (año 2016) por delante de Siria, que en ese entonces registraba 6,5 millones de personas desplazadas”.

La situación Colombia según el informe

El informe de este organismo de la Organización de las Naciones Unidas que la canciller Holguín no quiere que leas, revela que “Colombia continúa enfrentando las consecuencias de 50 años de conflicto armado interno y violencia debido a la presencia de grupos armados ilegales, tráfico de drogas, minas antipersonas y disputas por control de territorios. Como resultado, la población civil se enfrenta al reclutamiento forzado de niños, control de comunidades, amenazas y asesinatos selectivos al igual que violencia sexual basada en género. La inseguridad, sobre todo, continúa siendo una realidad dentro del territorio colombiano y la situación empeora a lo largo de las zonas fronterizas, lo que ha obligado que cerca de 327 mil colombianos, hasta ahora, crucen las fronteras en busca de protección internacional en países vecinos como Ecuador” y, podemos agregar, Venezuela.



Tendencias del desplazamiento

“Desde 1997 al 1 de diciembre de 2013 han sido registradas oficialmente 5.185.406 personas desplazadas internas con un impacto desproporcionado en la población afrocolombiana y las comunidades indígenas. De estas declaraciones, 99 mil 150 personas han sido víctimas de desplazamiento en 2012. Entre el año 2007 y el 2013 ha aumentado la concentración de la tasa de expulsión en el país. Mientras que en el 2007 el 25% de las tasas de expulsión se concentraba en 17 municipios; en el 2013 solo 10 municipios (Buenaventura, Medellín, Tierralta, Suárez, Ricaurte, Riosucio, López de Micay y Puerto Asís) concentraron el 50%. Los 3 departamentos con la concentración más alta de eventos de desplazamientos masivos (más de 50 personas) durante el 2013 son Nariño, Antioquia y Chocó (Costa Pacífica). 




Solo entre enero y noviembre de 2013, la ACNUR registró un total de noventa eventos de desplazamiento masivo, afectando cerca de 6 mil 881 familias. La mayoría de los desplazados internos, son desplazados de zonas rurales a centros urbanos, aunque los desplazamientos intra-urbanos también están en aumento, ya que el 51% de los desplazados internos residen en las 25 ciudades principales de Colombia”, revela el informe.

Venezuela le ha salvado la vida a Colombia

Estos datos confirman lo que el investigador y escritor caraqueño Ricardo Chitty señala sobre el fenómeno del desplazamiento en Colombia y que tiene a Venezuela como país receptor: “Venezuela le ha salvado la vida a Colombia; de no ser así, en Colombia hubiera existido una catástrofe humanitaria sin precedentes; con la implementación del Plan Colombia, Venezuela le salvó la vida a Uribe y a Colombia, esa es la realidad. La historia se va a encargar de demostrarlo. El periodo que va desde 1998 al 2012, aproximadamente, podríamos estar hablando de tres millones y medio de colombianos que se vinieron a Venezuela, que si se hubiesen quedado,por lo menos el 10 por ciento hubiese sido liquidado. Estamos hablando de 35 mil personas muertas a consecuencias de encontronazos entre las FARC y los paramilitares, entre los paramilitares y el ELN, sin hablar del cruce entre los factores colombianos y el ejército venezolano. 



Eso se evitó gracias a la política que Chávez desarrolló para aceptar y poner a seguro a esos ciudadanos que huían de las zonas de guerra. Pero cuando escuchas a algunos colombianos hablando disparates sobre el gobierno venezolano y le recuerdas que, precisamente, gracias al chavismo es que tienen vida, voltean la cara y no hallan qué decir, porque muchos de ellos fueron salvados por el gobierno venezolano. No podemos imaginar los resultados de esta catástrofe humanitaria de no ser por Venezuela.



Chitty remata señalando que lo que está ocurriendo en Venezuela es un sueño en comparación a la realidad colombiana, porque ¿de qué manera el Estado colombiano le va a garantizar la vida a los campesinos que se desplazan hacia zonas seguras o a los militantes desmovilizados de las FARC si apenas controla el 40 por ciento del territorio?

Informe del Consejo Noruego para los Refugiados (CNR)


También el Consejo Noruego para los Refugiados (CNR) acaba de publicar su propio informe sobre la población desplazada y refugiada en el mundo (40,3 millones) y confirma los datos de la ACNUR para Colombia de 7 millones 200 mil personas desplazadas; de las cuales 171 mil se incorporaron a esta lista a lo largo de 2016. El CNR advierte sobre la preocupación de este último dato comparado con las cifras de 2015. Siguen en el ranking general de desplazados Siria (6,3 millones), Irak (3,0 millones) y la República Democrática del Congo (2,2 millones).

Este informe del organismo noruego recientemente publicado por el canal de noticias RT pregunta: ¿Por qué Colombia? En primer lugar, a la hora de entender los motivos por los que Colombia está en este penoso primer lugar, hay que señalar algunos puntos, dice Christian Visnes, director regional del CNR en América Latina. “Lamentablemente, y pese a los avances en materia de paz, hoy no es posible hablar del fin definitivo del conflicto armado en el país”, sostuvo el activista citado por RCN Radio. Explicó Visnes que los enfrentamientos por el control territorial entre la guerrilla, el ejército colombiano y los grupos paramilitares, siguen causando desplazamiento y la situación humanitaria se ha deteriorado en áreas específicas del país.

La investigación subraya la relación directa entre el fenómeno de los desplazados y el número de población refugiada. Si bien no se ubica en el mismo puesto, Colombia está entre los seis países con mayor cantidad de refugiados. En total hay 340 mil colombianos en esta situación, establecidos principalmente en Panamá, Ecuador y Venezuela.



En un próximo trabajo intentaremos documentar sobre las causas del fenómeno delos desplazados en Colombia. ¿Por qué estos no regresan a su lugar de origen, una vez culminada la situación bélica? ¿Cuál es la responsabilidad del Estado? ¿Qué incidencias tienen las empresas transnacionales en el fenómeno?

La canciller Holguín piensa en cuál peluquería irá a hacerse el próximo maquillaje y también en el discurso que pronunciará a los medios sobre los venezolanos que ingresan a su frontera villarosarina. Como vocera de la política exterior del gobierno del presidente Santos, Holguín no tiene tiempo para pensar en esos millones de colombianos que se han desplazado en estos últimos años en búsqueda de un mínimo de seguridad; claro, esos ciudadanos no existen para las estadísticas, pues son habitantes de ese 60 por ciento de territorio que el Estado colombiano no controla.
















miércoles, 12 de julio de 2017

Perico y pepas ácidas en la línea de la resistencia





  Freddy Martínez

Para ingresar a las zonas de guarimba y escribir esta crónica debí solicitar un salvoconducto con un camarógrafo que funge de enlace para quienes precisan de hacer reportajes periodísticos en la propia línea de la resistencia, vale decir, en la autopista Francisco Fajardo, calles de Chacao, Las Mercedes, San Antonio de Los Altos o donde proponga la vanguardia armada afiliada a la MUD que diariamente quema camiones de alimentos en las “protestas”, mientras sus líderes hablan por televisión de hambre y crisis humanitaria en Venezuela.

El enlace contactado advierte de riesgos y peligros, pero de entrada me dice que debemos coordinar con un jefe guarimbo quien me identificará y me hará preguntas pertinentes al trabajo periodístico a realizar, pero, aunque no hubo tal entrevista al momento acordado, sí apareció delante de mí una especie de coordinador logístico que tiene la función de saber con precisión sobre los reporteros que están en la línea de combate en labores de prensa y fotografía.

 
Para quienes hemos estado en diferentes frentes de batalla, la imagen de unas tanquetas que vomitan agua y bombas lacrimógenas frente a un grupo de sifrinos con cámaras de televisión por todos lados es como estar actuando para una telenovela mexicana. Allá me figuro a Alicia Machado -con razón- explicando a los muchachos de diecisiete años el tema de las dos chinas; una cuya capital es Pekín, edificada por la sabia dirección del gran Mao, y la otra, cuya capital es la ciudad de Tai-Pei, promocionada como un importante enclave financiero y comercial del capitalismo asiático. 


Estoy así, asomado en el frente de la resistencia. Me acerco, pregunto, observo, huelo, escucho detonaciones, intento pasar desapercibido, invoco a los espíritus para que me conviertan en neblina espesa y nadie me sospeche. Busco evidencias comunicacionales entre los que combaten al gobierno bolivariano fumados o drogados hasta los dientes como los terroristas de ISIS. Solo eso. 

Llego temprano. Nada por aquí. Nada por allá. Insisto. Me concentro cerca de un recodo de árboles pegado a un sector de la autopista en predios de un famoso hotel de empresarios. Miro a unos loquitos con banderas en la espalda, cascos y máscaras tal como se ven en las fotos de La Patilla. No tienen mañas de sifrinos estos loquitos; a todos se les ve la silueta morena de los que normalmente andan en el rebusque urbano, para luego quemar piedras en los escondites oscuros del Metro. Pasa el tiempo, nadie mira a nadie, pero todo el escenario está ya listo para la acción.

En la resistencia todo es de pinga

Vine con una marcha convocada por los devaluados politiqueros de la MUD; pero esta se dispersó hace bastante rato. Las teenagers de la Simón, muy activas en la caminata, ya desaparecieron de la escena. Una combatiente de la Central figura entre un grupo de sifrinos (estos si tienen pinta de sifrinos) con un cierto don de mando. Se tapa la cara. A lo lejos se divisa algo de humo. El aquelarre de los insultos y las carreras para allá y para acá comienza. El tema me condiciona. Prejuzgo. Siento que a muchos de los presentes se les está explotando la trona en un cóctel de crispy y perico a la vez; esa combinación que los siniestros organizadores de las guarimbas ofrecen a este grupo de choque que no saben a cierta cierta por qué razón dan la vida o enseñan el pecho de libertadores protegidos con escudos, máscaras, banderas y hasta con armas de fuego encaletadas en los bolsos. 

  
Pero viendo las cosas de otra manera, la vaina en la línea de la resistencia es de pinga. Todo el mundo está relajado aquí. Unos carajitos ríen. No parece un escenario de guerra, más bien todo se conecta a las rumbas rave que arman los muchachos de esta época en los matiné. La confidencia abordada asegura que en este black sabbath están reunidos muchachos de todas los grupos sociales de la ciudad que se volvieron adictos a las protestas antichavistas en un país de chavistas. Afirma la confidencia que estos jóvenes se volvieron adictos al crispy. Adictos al captagón recién importado de Siria. Adictos al perico. Adictos al optalidón recién transportado de Maicao. Adictos a drogas como el LSD y al poppers (la droga que “patentó” Jean Baptiste, aquel psicótico de atar de la novela o la película El Perfume). 

 
En medio de la batalla intento reír como el loquito que tengo enfrente. Siento olor a crispy quemado. ¿Por dónde? Pienso en ese episodio tres días después y los músculos que se conectan a mi cerebro comienzan a relajarse. ¿Estaré fumado también yo? Tiempo tengo para reflexionar que no hay medicinas en las farmacias venezolanas, pero en las barricadas guarimberas abundan las anfetaminas y los barbitúricos que muchos medicados hoy necesitan con urgencia.

Fanáticos de las pepas ácidas

Ya empezó la fiesta rave en la Fajardo después de un largo rato caminando sobre el asfalto. Los guarimbos cercanos y lejanos se excitan. Finales del mes de junio de 2017, otro día más de violencia extrema en el este de Caracas. Es el ingrediente por el que estos fanáticos de las pepas ácidas creen que Maduro caerá pronto. Busco guerra, me acerco a la invitación. Continúa el olor a crispy. Huele a gasolina. Un resistente lanza una botella incendiaria y después se desahoga en gritos como cualquier militante del Estado Islámico. 
 
Trato de encontrar entre la maraña de “periodistas” al camarógrafo que conocí hace unos días por Bellas Artes para seguir sus pasos de experimentado reportero de guerra. Muchos comunicadores hay aquí pescando buenos dólares por sus servicios a la global press como Reuters, AFP, EFE, NT24, AP, FOX, CNN, NY Times. 

 
Luego de un rato doy con el reportero. Luego el saludo cómplice con preguntas y contestas: “los chamos vienen al entrompe ya tronados. Se combinan cuatro drogas: cocaína, captagón, optalidón y crispy; todo un explosivo que quien se lo consuma o se lo lance se creerá Aquiles en el sitio de Troya o Supermán en Nueva York”; esa es la razón por la que pierden la razón; que no es ni paradoja ni sonido cacofónico, ese es el motivo por el que queman gente, atacan hospitales, incendian escuelas o todo un edificio con cientos de personas dentro, tal como hacen los militantes de ISIS al grito de Alá/uak/Bar en su trance místico psicoactivo”.

Achicharrando a los becerros

Pregunta y respuesta todavía en el campo de batalla: “todos los guarimberos capturados por la policía, digamos el 99%, han salido positivos en la prueba antidopaje; estos bichitos se acostumbraron a hacer desmanes sin que medie ninguna doctrina ni convicción política”. ¿Qué es la libertad? -interrogo a un guarimbo por casualidad en el otro lado de la autopista- “la que nos está quitando Maduro”. “¿Cómo que tengo libertad, tú eres marico o qué es lo qué eres? Pendiente con una paja, porque aquí lo que estamos es achicharrando a los becerros”. Tras la respuesta se intenta la calma con otra pregunta menos arriesgada. 

 
Pero es la nueva manera de hacer la guerra y tumbar gobiernos no inclinados a los intereses de las potencias globalizadoras. A partir de ahora en vez de libros y doctrinas para fortalecer convicciones, tendremos drogas para acrecentar inhibiciones. Será un ejército de psicópatas estos libertarios de la resistencia guarimbera en lo sucesivo. Lo sabemos gracias al doctor Gene Sharp y su tratado de cómo lograr democracias. El Estado Islámico organiza sus ejércitos reclutando jóvenes en las ciudades europeas y del Medio Oriente a punta de ofrecimientos que pasan por muchos euros, drogas y una vida de sexo loco con prostitutas. Ucrania es un espejo reciente. Su desestabilización y desmembramiento ocurrió a fuerza de vender la idea de ingresar este país a la UE; idea que los jóvenes ucranianos (excluidos de cualquier fantasía europea) abrazaron a cambio de vender su alma a los deseos interesados de la OTAN de convertir a esta nación en una base misilística para apuntar directamente a las fronteras de Rusia.

Hoy, después de conquistar la democracia a lo Gene Sharp, los jóvenes ucranianos siguen excluidos de cualquier fantasía europea. Ahora, los guarimberos de aquí tienen una vida más prometedora y más larga en el tiempo. Serán los mismos que, luego de colaborar con el nuevo gobierno de transición, trancarán las autopistas (no la Fajardo como ahora) sino todas las de Venezuela cuando sus vidas no les alcance para pagar la deuda acordada con quienes hoy le alimentan la existencia con el divino perfume del poppers que huelen abiertamente en los condominios de Altamira y Chacao.

jueves, 29 de junio de 2017

Juan Arango, Tomás Rincón, Salomón Rondón: el turno de la farándula vinotinto


 

Freddy Martínez

Como para no quedar relegados en el camerino de los actores secundarios que piden cámara para presumir de más fama, la farándula vinotinto sale al ruedo de las declaraciones públicas para acusar al presidente venezolano como responsable por las personas que han sido asesinadas en las actos terroristas organizados por grupos vinculados a la MUD desde que estos reactivaran sus planes para derrocar al gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

Cual divos, a lo Miguel Bosé o Ricky Martin delante a un juego de luces, los farandu-futbolistas de la selección absoluta -hace mucho tiempo eliminados de la clasificación para el mundial de Rusia 2018- hacen paréntesis frente a la mano que los maquilla para expresar que “el régimen madurista reprime salvajemente a unos jóvenes pacíficos que luchan por la libertad y por la democracia”. Hasta allí nada nuevo y original en el discurso, pues esas mismas frases la hemos escuchado desde la época de la Coordinadora Democrática (hoy MUD) cuando asediaban al gobierno del presidente Hugo Chávez.

La farándula vinotinto, entre los más activos, Juan Arango, Tomás Rincón, Salomón Rondón y Josef Martínez, no pierden ocasión para sumarse a la reproducción del torbellino informativo difundido diariamente por la mediática corporativa del mundo, para señalar y atacar al gobierno venezolano como “violador implacable de los derechos humanos”; un infundado señalamiento -decimos- originado desde las capitales del poder político y económico global para justificar cualquier acción intervencionista contra el país que tiene en su territorio las mayores reservas petroleras del planeta para más de doscientos años de futura explotación industrial. 



Josef Martínez acusa al presidente Maduro de asesino. Arango lo incrimina como mentiroso, ya que el presidente no asume su autoría como autor material de los asesinados en las guarimbas; Rincón desde Italia, a ceño fruncido y con la bandera tricolor al revés, clama por “no más represión”, y se pone a disposición de los líderes del gobierno de transición, “para ser un impulsor en el renacer de nuestro país”; Salomón Rondón, uno de los más beligerantes cuando se trata de lanzar opiniones negativas contra el país, dice que el gobierno debe caer lo más rápido posible.

No más represión, cantan en coro los futbolistas. ¿Será que no investigan? ¿Será que estos deportistas no pasan de La Patilla? ¿O será que no les interesa indagar por alguna conveniencia? Si es así, no son sinceros. Es pura pose farandulera. ¿Dónde está la condena contra la destrucción de escuelas, de asedio a hospitales; de quema de gente, de bibliotecas, de depósitos y camiones de alimentos; de asesinatos desde las barricadas? ¿Por qué no han dicho nada contra la destrucción a cenizas de una flotilla completa del transporte público? ¿Dónde está el lamento de Tomás Rincón por la muerte de una enfermera ocasionada por un degenerado que lanzó un matero desde un edificio? ¿Dónde están las lágrimas de un hipócrita llamado Juan Arango por esos niños que los criminales de la MUD reclutan en los barrios de Petare para que batallen en una confrontación donde los hijos de María Corina Machado brillan por su ausencia? 



A dios gracias, estos tipos son futbolistas de élite; a dios gracias se han hecho ricos y famosos; pues, de no ser así -supone uno- estarían metidos de cabeza en las guarimbas de Altamira (Salomón Rondón) o del Trigal (Josef Martínez) a riesgo de ser confundidos como chavistas, toda vez que el color de la piel y la procedencia humilde de ambos jugadores coinciden con el color moreno de Orlando Figuera, (Salomón viene de un barrio del 23 de Enero y Josef del barrio valenciano El Combate) el joven quemado vivo hace apenas unos días por los grupos que Tomás Rincón celebra como los impulsores del renacer del país.



Juan Arango: “Venezuela está demasiado peor”

Juan Arango acaba de ser entrevistado para la televisión de Miami por el periodista peruano Jaime Bayly, un conocido agente encubierto perteneciente a la nómina complaciente del grupo terrorista cubano-americano Alpha 66 y de otros organismos que trabajan para los servicios de inteligencia de USA. Tuvo tiempo Juan Arango, en algo más de cuarenta minutos de entrevista, para hablar de fútbol, de su carrera como empresario, como promotor deportivo o, en todo caso, de su nuevo rol como personaje de la farándula; al contrario, mostrando algo de inusitada ansiedad, lo que hizo fue hablar mal de la patria que lo formó como futbolista y del país donde tiene todos sus prósperos negocios. 



Desde su condición de analfabeta funcional, Juan Arango despotricó de la Asamblea Nacional Constituyente y, como en un acceso de ansioso delirio, remarcó lo que la prensa occidental espeta en sus portadas todos los días sobre Venezuela: que no hay libertad de prensa, que el gobierno controla todos los medios, que la gente hace cola en los contenedores de basura por el hambre, que vivir en el país es insostenible y que después de 18 años (los que tiene Arango en el extranjero) “Venezuela está demasiado peor”.

(A propósito, felicito por esta vía a Rafael Lacava por la inauguración del estadio La Bombonerita de Puerto Cabello. Toda una instalación deportiva de espectacular belleza creada como centro formativo para niños y jóvenes, además de ser una adecuada infraestructura para la estadía de equipos profesionales, pues sus instalaciones cuentan, además de una ciudad deportiva, con un comedor, salones recreativos, oficinas, dormitorios y espacios para la prensa. Cuando Juan Arango se fue del país venía de jugar en canchas de tierra. Era el momento del Nueva Cádiz FC. Hoy, a su regreso, se consiguió con estadios como el Metropolitano de Mérida, el Monumental de Maturín, el Metropolitano de Cabudare, el Cachamay de Puerto Ordáz y, entre otros, el Anzoátegui de Barcelona, construidos en época de Revolución Bolivariana). 



Recapitulemos. ¿Por qué Bayly en la entrevista no aprovechó la ocasión para preguntarle a Arango sobre su nueva faceta farandulera? (Se acaba de casar con una modelo zuliana). ¿Por qué no le preguntó sobre los prósperos negocios que tiene en Venezuela? ¿Le pidió alguna vez dólares al Estado chavista para su marca importadora? ¿No sabía Bayly que Arango está metido en tremendo escándalo con su ex-esposa por asuntos domésticos y judiciales que competen a temas de violencia contra la mujer, de protección a niños y adolescentes y otros penosos asuntos? Lo dudamos. El asunto era que Arango dijera que “Venezuela está demasiado peor”. El libreto, el mismo libreto de siempre en los canales mayameros, apuntaba a que el destacado futbolista debía hablar mal del país que posee en su manto terrestre reservas incuantificables de oro; tanto que podría cambiar el destino de la fortaleza monetaria del país en poco tiempo.

Ciertamente, la farándula vinotinto tiene todo el derecho de opinar sobre asuntos de la vida pública del país, es también su deber; en todo caso lo que le solicitamos a este grupo de farandu-futbolistas es que sean más objetivos y precisos en sus denuncias por las muertes que están ocurriendo en las guarimbas organizadas por el fascismo de derecha en Venezuela. Hasta el momento la terrible cifra pasa de noventa ciudadanos que estarían vivos si los criminales de la MUD no hubiesen convocado la escalada de extrema violencia que han montado en algunas zonas del país y del que hasta hoy ningún dirigente se hace responsable.

lunes, 5 de junio de 2017

Diálogo de Luisa Ortega con su sombra




                                                                    Freddy Martínez

LUISA ORTEGA: Reconozco que estoy en el círculo de las confusiones, en el lugar de un laberinto que me lleva y me trae hacia el caos. Me tiemblan las manos apenas digo algo sobre los asuntos de la Santa Justicia. Las palabras se me pierden en el vendaval de los vientos que no sospecho si son los alisios o las brisas monzonas que regresan a sotavento. Esos balbuceos en público delatan mis nervios hasta ayer controlados con infusiones caseras de manzanilla. Me siento en la nada. Quiero irme a casa a preparar ensaladas, sentarme a leer revistas, mirar atardeceres.

SU SOMBRA: Antes de pensar en alcachofas y en calabacines más bien vuelve a tus estrellas Luisa Ortega; no naciste para gallina asustadiza. Considera los libros leídos en tu juventud; invoca a las estrellas danzarinas, esas que son necesarias llevar dentro de sí para que ocurran hechos extraordinarios. Todavía no es momento para que dejes de lanzar las flechas de tus anhelos aunque esté cerca el tiempo en que la cuerda del arco deje de vibrar. 
  
LUISA ORTEGA: ¿Será que estoy en el tiempo de la transición y no me he dado cuenta? Mis recientes enemigos son ahora mis amigos y mis recientes amigos son ahora mis enemigos. He de abandonar con prisa el barco que promovió mi nombre entre los anónimos abogados de mi generación. Seré la primera en salir por la cubierta ahora que soy una celebridad entre los venezolanos. Soy Luisa Ortega y serán pocas las cosas que debo empacar al momento de saltar de la nave, pues, según mi consorte, estamos sobre un polvorín a punto de reventar. La valija y el pasaporte están ya prestos por si las cosas pasan a niveles insostenibles. Ya sabes, como toda elegante mujer de derechos, llevo lo imprescindible: mis tintes Nordic Blonde, el Wella Koleston para rubios sorprendentes y algunos paquetes del Henna Color, comprados especialmente a la Radhe Shyam.

SU SOMBRA: Trato de entenderte, pero recuerda, soy tu sombra, no tu luz. A lo sumo, soy solo un espectro escondido en los pequeños resquicios de tu conciencia a fin de advertir lo que precisamente eres para la realidad; una vez incido, otra vez persuado, pero sigo siendo sombra. Recuerda, solo tú corriges tu propia máscara.

LUISA ORTEGA: Eres mi conciencia, ni más ni menos; tu también eres Luisa Ortega. No te escondas más de lo permitido hasta ahora. He sido juzgada en el pasado. Todavía me revolotea en la cabeza el discurso improvisado de los muchachos del 12-F, sobre todo, el de aquel extraño experimento merideño del sector derecho que pedía mi cargo por corrupción e incapacidad; discurso que ahora tomo como una licencia de su particular manera de ser. No llevo rencores, aunque mis nuevos amigos deben agradecer que la Institución a mi cargo trabajó para que Leopoldo fuese juzgado solo por delitos leves y no por los cuarenta y tres difuntos que la dictadura quiere achacarle. 

 
SU SOMBRA: Solo los tontos se tropiezan con la misma piedra Luisa Ortega, tardaste mucho tiempo para dar el paso; no atendías mis consejas.

LUISA ORTEGA: Douglas dice lo mismo. Él considera que debo quitarle una de las patas a la mesa del Estado para que el gobierno cojee y se caiga completo. Ese Douglas y sus metáforas pueblerinas jaja, pero sin muchos comentarios, así es como piensa nuestro inagotable guerrillero. Empero, si tropezaba con la misma piedra, era un juego de mi capacidad dialéctica en el entendimiento de la política. ¿Qué me dices de mis nuevos FreshLook tirando hacia lo verde? 
   
SU SOMBRA: Eres la misma de siempre Luisa Ortega. Ya me daba cuenta que también los ojos cambian de color. Cuando eras “la china” a secas, en la época cuando usabas esos jumpers colegiales como las demás muchachas de Valle de La Pascua, tus ojos pintaban a marrones. Ahora que tienes un nombre hecho para la tribuna, tus enemigos dirán que te pareces a una maestra de la Colonia Tovar ya entrada en años. Pero noto que, a pesar de todos esos vaivenes del alma y de sus transformaciones, conservas el don de la altivez; ciertamente, no es tan cuestionable hacer amistad con los sordos que nunca oyeron lo que siempre quisiste decir; pues, aunque no seas boca para esos oídos, la humillación así es mutua, es recíproca; comprensible para los intereses de cada quien y, aun cuando no queramos, todo tiene su precio: tu doblas las rodillas por el limpio porvenir; ellos sacan tu rostro del muro de las amenazas.

LUISA ORTEGA: Mis recientes enemigos, que antes eran mis amigos, también me atacan. Me sacan todos los trapitos al sol: que la reunión por unos dólares en Barquisimeto; que la Importadora de mi hijastra en Panamá; que una vida tranquila en el exterior; que las omisiones y los silencios por los linchamientos; que los niños en las barricadas; que los negocios turbios de Germán; que mi fidelidad política con Douglas; que mi relación también política con Henry; que las peluquerías; que mis carteras de la Louis Vuitton, que mis prendas de la Vie en rose; en fin, ¿qué más pudiera decirte?

SU SOMBRA: Lo que no quieras revelarle ni siquiera a tu sombra también vale. Si estuviera contigo frente a un espejo insistiera sobre la falta de brillo en tus pómulos. Dijera también que hay un desequilibrio estético ocasionado por un plebeyo hueso que sale de tus ojos, inamistosamente posado cerca de tu nariz. Cuando veo tu rostro en los periódicos percibo una gran preocupación por la imagen perfecta. A pesar de esos lentes de utilería, nada en ti sobra. Hay soltura en tus manos en una relación de plena seguridad con esos oscuros trajes que regularmente usas. Si fueran a elegir a una mujer elegante en funciones de Estado seguramente te escogerían a ti. Sin embargo, cuando acusaste a la GN por el caso homicida del muchacho caraqueño tu rostro se turbó completamente con líneas expresivas muy marcadas. Tu mirada redundaba entre esos espacios desordenados llenos de fogosos periodistas. El pobre fotógrafo de la Institución no encontraba qué hacer. Ni siquiera Germán pudo auxiliarte cuando le pedías ayuda urgente. ¿Dónde estaba la Luisa Ortega que no engañaba con sus gestos? La pena también fue mía. Pero no hay mucho de qué lamentarnos Luisa Ortega. También hay cosas notables que debemos llevarnos en las valijas. 
  
LUISA ORTEGA: Para ser mi sombra tampoco a ti te sobra nada, casi que me haces volar al tiempo de mis escapadas a la discoteca La Sorcière o al Club Barbarella, cuando era apenas una desconocida estudiante de leyes. Los anacrónicos valencianos me preguntaban en broma si era familia de unos nobles Ortegas provenientes de no se cuál provincia española; de allí salían conversaciones sobre mi perfil de “china” y de mi nariz. Pero mejor no hablo de mis “físicos defectos” para no regresar a aquellos episodios del pasado. Eres incorregible sombra.

SU SOMBRA: ¿Dónde van a parar los casos que te hicieron célebre? ¿Qué queda por hacer mientras los vaticinios de tu consorte se hacen posibles?

LUISA ORTEGA: Declarar la dictadura, ¿acaso hay dudas? y si preguntas por los casos de Yumare, Cantaura, Noel Rodríguez o las once mil víctimas de la democracia, todo quedará sencillamente como un simple anecdotario de un momento y de cuyas causas no quiero acordarme. Menos mal que en las peluquerías no se habla de esos temas. ¿Qué hora es? En este círculo de laberintos y confusiones debo consultar con urgencia los precios nuevos de la Radhe Shyam. Voy entonces por mis estrellas danzantes para los rubios sorprendentes; para los rubios extraordinarios. Definitivamente.


















Traductor