martes, 25 de septiembre de 2012

La blasfemia como táctica

Thierry Meyssan




La difusión a través de Internet de varios fragmentos del film La inocencia de los musulmanes ha suscitado manifestaciones de cólera. Una de ellas desembocó, en Bengazi, en un grave incidente en el que resultaron muertos el embajador de Estados Unidos en Libia y varios miembros de su escolta.

A primera vista, todo el asunto parece ser parte de una larga lista de sucesos similares, que va desde la publicación de los «Versos satánicos» de Salman Rushdie hasta las quemas del Corán organizadas por el pastor Terry Jones. Este nuevo ataque contra la religión musulmana se distingue, sin embargo, de los anteriores por el hecho que el film en cuestión no está destinado al público occidental sino que fue concebido únicamente como un instrumento de provocación hacia los musulmanes.

En el plano político, este caso puede analizarse desde dos ángulos. Podemos verlo, desde el punto de vista táctico, como una manipulación antiestadounidense o, en el plano estratégico, como un ataque sicológico antimusulmán.

El film ha sido presentado como producido por un grupo sionista conformado por varios judíos con doble nacionalidad israelo-estadounidense y un copto egipcio. Realizado hace varios meses, fue utilizado en este preciso momento para provocar una serie de motines dirigidos contra Estados Unidos. Agentes israelíes desplegados en varias grandes ciudades se encargaron de orientar la cólera de las multitudes contra objetivos estadounidenses o coptos (en ningún caso israelíes). Como era de esperar, el máximo efecto se obtuvo en Bengazi.



Es bien conocido que en Bengazi existen numerosos grupos particularmente reaccionarios y racistas. Basta con recordar el ataque de grupos de salafistas contra el consulado de Dinamarca, cuando se registró el caso de las caricaturas de Mahoma. En aquel momento, y en aplicación de la Convención de Ginebra, el gobierno libio de Muammar el-Khadafi se vio obligado a utilizar el ejército para garantizar la protección de aquella sede diplomática, lo cual dejó un importante número de víctimas. Posteriormente, los países occidentales que querían derrocar el régimen libio financiaron publicaciones salafistas que acusaron al coronel Khadafi de haber protegido el consulado de Dinamarca porque él mismo había ordenado la publicación de las caricaturas.

El 15 de febrero de 2011, los salafistas organizaron en Bengazi una manifestación para conmemorar el aniversario de la represión de la protesta frente al consulado de Dinamarca. Y fue precisamente durante esa conmemoración que se produjo el tiroteo que marcó el comienzo de la insurrección contra Khadafi en la región de Cirenaica. La policía libia arrestó en aquel momento a tres miembros de las fuerzas especiales de Italia que confesaron haber disparado simultáneamente, desde techos adyacentes, sobre manifestantes y policías para sembrar así la confusión. Aquellos tres miembros de las fuerzas especiales italianas estuvieron en prisión durante toda la guerra de la OTAN contra Libia. Al ser liberados, durante la toma de la capital libia por los «rebeldes» de la OTAN, los tres agentes italianos fueron exfiltrados hacia la isla de Malta a bordo de un pequeño barco pesquero, donde yo mismo coincidí con ellos.

Esta vez, el 11 de septiembre de 2012, la nueva manipulación de la multitud en Bengazi tuvo como objetivo específico asesinar al embajador de Estados Unidos en Libia, lo cual constituye un acto de guerra sin precedente desde que la marina de guerra israelí cañoneó el USS Liberty, en 1967 [1]. Se trata, por demás, del primer asesinato, desde 1979, de un embajador de Estados Unidos en funciones. La gravedad del incidente se ve acentuada por el hecho que, en un país cuyo gobierno no pasa de ser una mera ficción política, el embajador estadounidense, lejos de ser un diplomático más, es en realidad una especie de gobernador, un jefe de Estado de facto.



En estas últimas semanas, con una serie de declaraciones en las que reafirmaban su decisión de interrumpir el ciclo de guerras (Afganistán, Irak, Libia, Siria) iniciado a raíz de los hechos del 11 de septiembre de 2001, los principales responsables militares estadounidenses entraron abiertamente en conflicto con el gobierno israelí. Pero los acuerdos oficiosos de 2001 entre Washington y Tel Aviv incluyen aún varias guerras más (Sudán, Somalia, Irán). El primer disparo de advertencia se materializó semanas atrás, bajo la forma de ataque contra el avión del jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas estadounidenses, el general Dempsey. El segundo, como ya puede verse, ha sido mucho más brutal.

Si, por otro lado, analizamos el asunto en términos de sicología social, veremos que presenta el aspecto de un ataque frontal contra las creencias de los musulmanes. Y no muy distinto del episodio de las Pussy Riot violando la libertad de culto en la mismísima catedral ortodoxa del Cristo Salvador y sus anteriores performances de pornografía conceptual. Se trata, en definitiva, de operaciones contra los elementos más sagrados de las sociedades que oponen resistencia al proyecto de dominación global.

En las sociedades democráticas y multiculturales, lo sagrado se expresa únicamente en la esfera privada. Pero un nuevo espacio sagrado de carácter colectivo está hoy en plena formación. Los Estados de Europa Occidental se han dotado de leyes sobre la memoria que transforman un hecho histórico –la destrucción de los judíos por parte de los nazis– en un hecho religioso: la «Shoah», según la terminología judía, o el «Holocausto», según el vocabulario evangélico. Aquel crimen se eleva entonces a la categoría de acontecimiento único, en detrimento de todas las demás víctimas del nazismo. Oponerse a ese dogma, o sea a la interpretación teológica de ese hecho histórico, se castiga hoy con sanciones de carácter penal, como antes sucedía con la blasfemia.

De esa misma manera, en 2001, Estados Unidos, los países miembros de la Unión Europea y muchos de sus aliados impusieron por decreto a sus pueblos un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre. Aquella iniciativa se acompañó de una interpretación ideológica de las causas de los atentados. Tanto en el caso del Holocausto como en el de los atentados del 11 de septiembre, el hecho de ser asesinado por ser judío o por ser estadounidense otorga a las víctimas un estatus especial ante el cual debería inclinarse el resto de la humanidad.

En ocasión de los Juegos Olímpicos de Londres, las delegaciones de Israel y de Estados Unidos trataron de extender aún más ese espacio sagrado imponiendo un minuto de silencio durante la ceremonia de apertura de los Juegos, el acontecimiento televisivo de mayor audiencia a nivel mundial. Se trataba, supuestamente, de un gesto de homenaje a los rehenes muertos durante los Juegos Olímpicos de Múnich. La proposición fue rechazada y el Comité Olímpico Internacional se limitó a organizar una discreta ceremonia solemne, fuera de la ceremonia de apertura. En todo caso, el verdadero objetivo es crear una liturgia colectiva tendiente a legitimar el imperio global.

En ese contexto, el film La inocencia de los musulmanes constituye a la vez un medio de presión para recordar a Washington –tentado hoy de alejarse del proyecto sionista de dominación– que no debe apartarse del camino trazado y una herramienta para garantizar la continuación de ese proyecto pisoteando las creencias de los que oponen resistencia.

viernes, 1 de junio de 2012

El avance imperial y nuestra intelectualidad idiota



Oscar Camero

  Expertos en desestabilizar para gobernar, los maquiavélicos EEUU, con un 101% de seguridad, están detrás de la matanza en Hula, Siria. No hay que ser idiota, por favor, para creerles alguno de sus cuentos de carmelitas descalzas (como se ridiculiza en Venezuela a los diablos disfrazados de santos) a la hora de ofenderse por los crímenes por ellos mismos cometidos. Hay que ser cretinos. ¿Hasta cuándo?

Idiota se fue cuando lo de Irak y sus armas de destrucción masiva; ¿o debemos dejar ese equívoco al aire y atribuírselo a una “buena voluntad”, inocente en sí? Los EEUU y sus aliados (la OTAN), contra la prohibición de la ONU, entraron en el país y lo arrasaron, generando más de un millón de iraquíes muertos.

También se fue estúpido cuando lo de Yugoeslavia, en 1999, cuando un comando serbio fusiló a media centena de albaneses, disparando a su vez la tal matanza efluvios “humanísticos” y “bienhechores” de la potencia policial del mundo. La OTAN (siglas que sirven para evadir la alusión directa a los EEUU), apenas la masacre fue condenada en el Consejo de Seguridad de la ONU (voto incluido de Rusia), sintió correr de maravilla el anillo de la conveniencia en su dedo y procedió a bombardear a Serbia, por encima de la Carta de la ONU (¡no faltaba más!).

Dejémonos de tapujos y aceptemos la cosa como es, blancos y negros, verdes y rojos, terrícolas o extraños, ideología a un lado. No tiene sentido obliterar nuestros sentidos en nombre de mantener a nuestras causas o ídolos en un estado impoluto, con ese propósito tonto de ser mejor que el contrario, que nuestro vecino o contacto en el Facebook, capitalista o comunista él.

Dejémonos de declararnos idiotas históricos y reconozcamos que, simplemente, somos unos seres impotentes ante el accionar de los plutócratas que dominan el mundo. Unos tira-pedos lectores que no podemos hacer gran cosa sino condenar o aprobar en nuestros humildes rincones, pero honestos al fin, reales para nosotros mismos, cosa que, al menos, es un poco más valiosa que el idiotismo. No de otro modo (colocando gérmenes y semillas) se puede empezar a marcar caminos alejados de este circo informático manipulador de conciencias.

¿Por qué demonios, si eres de la derecha política, dirás que los autores de la masacre no fueron los EEUU partiendo de la base de que ellos no están ahora mismo dentro de Siria? Hasta en el planeta Marte se sabe que ellos están metiendo su cuchara de la desestabilización en Siria a través de grupos ajenos a su sociedad, como siempre han hecho en todos lados. ¡Por favor, amiguito, ¿seguiremos?! Lo han hecho aquí, allá, encima, debajo, en el centro. Es historia, mi idiota querido, hábito invasor del país de los McDonald’s. Se sabe que la causa gubernamental de Siria en nada comulga con la izquierda, doctrinariamente hablando, pero también se sabe de otra idiotez que consiste en tildar de comunista a todo lo que sea adversado por los EEUU, anclados con muchas de sus mentes en los pantanos anacrónicos de la Guerra Fría.

¿Y si eres de izquierda, caramba, por que diantres alegrarse de tener razón a fuerza de que la derecha política sea una mierda atravesada con un palo?

¡No joda, vale, estamos podridos todos! Si nos ponemos a ver, derechos o izquierdistas, a la final hemos dejado a los pobres muertos a un lado, minimizándolos ante nuestras portentosas vanidades, perdidos en nuestras disquisiciones e intelectualidad, un poco más mierdas que los mismos asesinos. Aquellos cometen los crímenes y a nosotros no nos importa, como si así no fuéramos una suerte de genocidas virtuales que, más allá de ignorar la sangre derramada, construimos argumentaciones para banalizarnos o sacralizarnos.

Fueron los gringos y punto los autores de la masacre. Se metieron allá como se meten en tanto lados, sincronizando sus acciones violentas con otros aconteceres de presunto cariz pacífico con el propósito de incrementar los contrastes satánicos en el país asediado. ¿Algo lógico, no? Poco antes de la llegada del enviado de paz de la ONU, Kofi Annan (otro mojoncito que se presta para las jugarretas teatrales de la OTAN), decidieron explotar Hula y matar a sus ciudadanos. Tan cruda fue la matanza que la OTAN logró sus propósitos: hacer que los lugareños digan por ella que Annan puede irse “al diablo” con su paz y conversaciones, y dar a entender que la solución está únicamente en una intervención armada.

No estuve allá para ver y acusar como lo hago, pero, a fin de cuentas, ¿lo estuviste tú para negarlo? La historia ha sentado que los EEUU y su OTAN (sus países europeos lacayos) son culpables hasta que se demuestre lo contrario. Hasta paradigmáticamente se les considera los asoladores del mundo, los asesinos, explotadores, piratas, proxenetas, genes malditos de la guerra y opresión en nombre de un fementido lenguaje que habla de progreso. El corto de Bolívar se quedó pendejo cuando dijo “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad"

No tengo más pruebas que eso, que la historia; y mi visor ojo es mi conciencia, mi mente, para nada la intuición, que es mucho ejercicio a invocar para tan banal operación de cálculo.

Nadie ignora, como tampoco lo hacen los marcianos, que la piedra en el zapato de los EEUU y su cofradía de ladrones europeos (Inglaterra, Francia, Alemania, España, etc.) para posesionarse de las riquezas petroleras e hídricas del Medio Oriente es Irán; ni que para llegar a ese país es necesario aislarlo, separarlo de su principal aliado en la región, Siria. Es por ello el cuento, fácil de entender, reventando la cuerda por lo más delgado, tal como apuntan los acontecimientos. Siria se les antoja un hilo.

Dentro de los planes hegemónicos mundiales de los EEUU está la posesión geoestratégica del Medio Oriente, idea concebida en su seno militar desde los años sesenta del siglo XX. Tales son lo tiros y cañones que suenan. Tales son las pruebas que condenan, como si dijéramos con los juristas “a confesión de partes relevo de pruebas”. Finalicemos oyendo al ex Consejero de Seguridad Nacional, Brezinski, hará unos veinte años: “la primacía global de EEUU depende directamente de la duración y eficacia de su preponderancia en el continente euroasiático”. Una baratija de superficie que apunta a un estructural contenido.

Si tú ni yo vimos nada y parecemos descalificados para acusar, como manda un recto proceder científico por allí, continuemos entonces con nuestras felices vidas de idiotas, ignorando el cosmos, peleándonos oligofrénicamente entre nosotros mismos, moteándonos de capitalistas o comunistas, padeciendo de irrealidad, mientras los plutócratas del mundo avanzan hacia sus propósitos hegemónicos, tomando tierras y riquezas, confinándonos a pequeñas parcelas de la imaginación que nosotros llamamos “libertad”, en realidad migajas de la cultura, obra de la desinformación, juguetes del entretenimiento, etiquetas comerciales, concha perecedera en un basurero.

miércoles, 11 de abril de 2012

La Tercera Guerra Mundial III




Andrew Gavin Marshall


En las partes 1 y 2 de esta serie, he analizado la estrategia geopolítica de Estados Unidos y la OTAN desde la caída de la Unión Soviética, en la expansión del imperio estadounidense y prevenir el surgimiento de nuevas potencias, conteniendo a Rusia y China. En esta parte se examinarán las implicaciones de esta estrategia en los últimos años a raíz de la aparición de una nueva Guerra Fría, así como analizando la guerra en Georgia, los intentos y los métodos de cambio de régimen en Irán, el golpe de Estado en Honduras, la expansión del teatro de guerra Afgano-Pakistaní, y la proliferación de conflictos en África Central. Estos procesos de la nueva Guerra Fría y de grandes guerras y conflictos regionales llevan al mundo más cerca de una Nueva Guerra Mundial. La paz sólo será posible si se desmantelan las herramientas y los motores de los imperios.

Europa Oriental: Vanguardia de la Nueva Guerra Fría

 En 2002, el Guardian informó que: "El poderío militar de Estados Unidos en las ex repúblicas soviéticas de Asia Central aumenta los temores de Moscú de que Washington está aprovechando la guerra de Afganistán para establecer un punto permanente de apoyo armado en la región". Además, "La construcción rápida de bases militares estadounidenses probablemente también toque las campanas de alarma en Pekín." [1]

En 2004, se informó de que la estrategia de Estados Unidos "es posicionar fuerzas estadounidenses a lo largo de un "arco de inestabilidad" que atraviesa el Caribe, África, Oriente Medio, el Cáucaso, Asia Central y Asia Meridional. Es en estas partes del mundo - por lo general pobres, insulares e inestables - que los planificadores militares consideran las principales amenazas futuras a los intereses de Estados Unidos." [2]

En 2005, se informó que se estaban realizando conversaciones entre Estados Unidos y Polonia desde 2002, junto con varios otros países, "respecto a la posibilidad de establecer una base europea para interceptar misiles de largo alcance". También se informó de que, "dicha base no habría sido concebible antes de que Polonia se uniera a la OTAN en 1999." [3]



En noviembre de 2007 se informó que "Rusia amenazó ayer con colocar misiles nucleares de corto alcances en un segundo emplazamiento en la frontera de la Unión Europea, si Estados Unidos se niega a abandonar sus planes de construir un escudo antimisiles." Un experimentado "general del ejército ruso señaló que misiles Iskander podrían ser desplegados en Bielorrusia si las propuestas de Estados Unidos para localizar 10 misiles interceptores y un radar en Polonia y la República Checa continúan adelante." Putin "también amenazó con redirigir el arsenal nuclear de Rusia hacia objetivos dentro de Europa." Sin embargo, "Washington afirma que el escudo no está dirigido contra Rusia sino a países como Irán al que acusa de querer desarrollar armas nucleares, que podrían algún día golpear a Occidente." [4]

Esa es una afirmación evidentemente absurda, puesto que en mayo de 2009, científicos rusos y estadounidenses publicaron un informe señalando "que le llevaría a Irán al menos otros seis a ocho años el producir un misil con alcance suficiente para alcanzar el sur de Europa y que sólo la asistencia extranjera ilícita o un esfuerzo de una década, concertado y altamente visible, podrían conseguir los avances necesarios para obtener un misil nuclear que amenace a los Estados Unidos."[5] Incluso en diciembre de 2007, el Estimado de Inteligencia Nacional (NIE) elaborado por las 16 agencias de inteligencia de Estados Unidos informó que, "Irán detuvo su programa de armas nucleares en 2003 y que mantiene el programa congelado." [6]

Rusia está preocupada no solo por los misiles interceptores en Polonia, que, asegura, están dirigidos a Rusia, sino también por "un avanzado radar de seguimiento de misiles que el Pentágono quiere colocar en la República Checa." [7] Además, en 2007, el Guardian informó que "Rusia está preparando su propia respuesta militar a los controversiales planes de los Estados Unidos de construir un nuevo sistema de defensa antimisiles en Europa oriental, según funcionarios del Kremlin, en una medida que podría incrementar los temores de una carrera armamentista al estilo de la Guerra Fría". Un portavoz del Kremlin dijo que las defensas de misiles en Polonia y el sistema de radar checo, "nos tienen muy preocupados y decepcionados. Nunca fuimos informados de antemano sobre estos planes. Esto trae enormes cambios para el equilibrio estratégico en Europa, y para la estabilidad estratégica del mundo." [8]

En mayo de 2008, se informó que, "el Presidente Ruso Dimitri Medvedev de Rusia y el Presidente Chino Hu Jintao se reunieron... para llegar a un acuerdo de cooperación nuclear y juntos condenar las propuestas estadounidenses de escudo antimisiles en Europa. Ambos países consideran al plan un revés para la confianza internacional que podría alterar el equilibrio de poder." [9]

En julio de 2008, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que "se verá obligado a dar una respuesta militar si el acuerdo de defensa antimisiles entre Estados Unidos y la República Checa es ratificado," y que "nos veremos obligados a no reaccionar con métodos diplomáticos, sino métodos técnico-militares." [10] En agosto de 2008, Estados Unidos y Polonia llegaron a un acuerdo "para colocar una base estadounidense de defensa antimisiles en territorio polaco." Rusia respondió "diciendo que la medida podría empeorar las relaciones con los Estados Unidos". [11] Rusia dijo además que "Estados Unidos ha demostrado que Rusia era el verdadero objetivo del escudo de defensa, mientras la tensión entre las dos potencias continuó creciendo durante el conflicto en Georgia." El Jefe Adjunto del Estado Mayor General de Rusia, "advirtió que Polonia se convirtió por si misma en un objetivo para los militares de Rusia."[12]

Se informó además que "el general Anatoly Nogovitsyn señaló que todos los activos nuevos de Estados Unidos en Europa podrían verse sometidos a un ataque nuclear de Rusia con sus fuerzas dirigidas "a los aliados de los países que tienen armas nucleares", y que, "Estos objetivos serán destruidos como primera prioridad." [13]

En abril de 2009, Obama dijo: "que el sistema de defensa antimisiles Estados Unidos en República Checa y Polonia seguirá adelante." [14] En mayo de 2009, Rusia dijo que "podía desplegar sus misiles Iskander más cerca a Polonia, si los planes estadounidenses de instalar misiles Patriot seguían adelante." [15] En julio de 2009, el presidente ruso, Medvedev, dijo que "Rusia todavía mantendrá desplegados misiles cerca de Polonia si Estados Unidos sigue adelante con el escudo antimisiles en Europa Oriental. "[16]

Irán y la Alianza China-Rusia
 
El Régimen Bush utilizó una retórica hostil contra Irán, amenazando con la posibilidad de guerra contra ese país. Sin embargo, Irán no sería en modo alguno similar a la aventura militar en Irak. Una guerra contra Irán empujará a China y Rusia a una guerra con Occidente. Las inversiones de China y de Rusia con Irán, tanto en términos de cooperación militar, así como de proliferación nuclear y vínculos energéticos, han llevado los intereses de Irán junto a los de China y Rusia.


En 2007, Rusia y China advirtieron contra cualquier ataque a Irán por parte de Occidente. [17] A partir de 2004, China se convirtió en el principal mercado para las exportaciones de petróleo de Irán, e Irán es el tercer mayor proveedor de petróleo de China, después de Angola y Arabia Saudita. China e Irán firmaron un acuerdo de gas en el 2008 por valor de 100 billones de dólares. Además, "Beijing está ayudando a Irán a construir represas, astilleros y otros muchos proyectos. Más de 100 empresas estatales chinas están operando en Irán para desarrollar puertos y aeropuertos en las principales ciudades iraníes, proyectos de desarrollo minero e infraestructuras de petróleo y gas." Además, "China, Irán y Rusia mantienen idénticas posturas de política exterior en relación con Taiwán y Chechenia"[18], lo que sólo refuerza aún más su alianza.

En agosto de 2008, un alto funcionario de defensa de Irán advirtió que cualquier ataque contra Irán podría desencadenar una guerra mundial. [19] En febrero de 2009, Irán y Rusia, anunciaron que "Irán y Rusia impulsarían la cooperación militar." [20] Rusia también ha estado vendiendo armas y sistemas avanzados de armas a Irán y Venezuela. [21] En 2008, la OPEP advirtió contra un ataque a Irán, señalando que "los precios del petróleo presentarían un aumento "ilimitado" en caso de un conflicto militar que involucre Irán, porque los miembros del grupo serían incapaces de compensar la producción perdida." [22]

En 2001, se creó la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) como una organización de protección mutua entre los pueblos de China, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán. Su enfoque principal foco son las materias de seguridad en Asia Central, tales como "el terrorismo, el separatismo y el extremismo." Naciones en calidad de observadoras en la OCS son la India, Mongolia, Pakistán e Irán. La OCS también hace hincapié en los vínculos económicos entre las naciones, y sirve como un contrapeso a la hegemonía norteamericana en Asia Central [23].

En octubre de 2007, la OCS, encabezada por China, firmó un acuerdo con el Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), encabezado por Rusia, en un esfuerzo por reforzar y fortalecer los vínculos en la defensa y la seguridad entre las dos grandes naciones [24]. La OTSC se formó en 2002 entre Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán. En 2007, se sugirió que Irán podía unirse a la OTSC. [25] En abril de 2009, se informó que el Tratado de Seguridad Colectiva estaba reforzando su cooperación con Irán, actuando de contrapeso frente a la OTAN. [26] En febrero de 2009, después de una cumbre, la OTSC había "generado un acuerdo para crear una fuerza conjunta de respuesta rápida destinada a responder a la "más amplia gama de amenazas y desafíos"." [27] La fuerza de reacción rápida "contará con grandes unidades militares procedentes de cinco países - Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Uzbekistán y Tayikistán ", y es vista como una fuerza rival para la OTAN [28].

En abril de 2009, Rusia y China, "anunciaron planes para un programa de intensificación de la cooperación militar, como parte de una ‘asociación estratégica’ emergente", y que "Se desarrollaron un total de 25 maniobras conjuntas este año en una demostración del fortalecimiento de los vínculos entre Moscú y Pekín." Además, "Rusia y China realizaron los primeros ejercicios de guerra conjuntos en 2005 después de resolver conflictos fronterizos pendientes entre ellos. Sin embargo, Moscú ve a Beijing como un mercado lucrativo para las exportaciones de armas y ha vendido miles de millones de dólares en armas a China desde que el colapso de la Unión Soviética terminó con su rivalidad comunista." Importante a señalar es que, "Los dos estados tienen gran interés en mantener a raya a los Estados Unidos y a Europa de Asia Central, mientras se intensifica la competencia por el acceso al petróleo y las enormes reservas de gas de la región." [29]

En junio de 2009, "China y Rusia firmaron una serie de nuevos acuerdos para ampliar su colaboración en comercio, inversión y minería, que incluidos en el marco de un préstamo de 700 billones dólares entre el Export-Import Bank de China y el Banco Ruso de Comercio Exterior." De gran importancia, "memorandos sobre cooperación bilateral de gas y carbón puedan generar vínculos energéticos entre los dos países para alcanzar todos los sectores principales, desde carbón, petróleo, electricidad y gas a la energía nuclear." Los líderes de ambas naciones señalaron que "esperan que los dos países también incrementen sus proyectos conjuntos en materia de ciencia y tecnología, agricultura, telecomunicaciones y comercio transfronterizo." [30]

En abril de 2009, China y Rusia firmaron un importante acuerdo de oleoducto para abastecer a China con el petróleo de Rusia. [31] En julio de 2009, China y Rusia se desarrollaron ejercicios de guerra con las fuerzas terrestres y aéreas durante una semana", diseñados para contrarrestar una amenaza hipotética de extremistas islámicos o separatistas étnicos que ambos países ven tremendamente reales." En particular, "ambos son impulsados por una creciente sensación de urgencia derivada de lo que ven como una imagen del deterioro de la seguridad en Afganistán y Pakistán." [32]

La Guerra de Georgia: Esparciendo Conflicto en el Cáucaso

Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, la provincia septentrional georgiana de Osetia del Sur declaró su independencia, pero no fue reconocida internacionalmente. Osetia del Sur, así como la otra gran provincia autónoma de Georgia, Abjasia, ha sido tradicionalmente aliada de Rusia. Han habido desde hace mucho tiempo tensiones entre Osetia del Sur y Georgia, con un frágil alto al fuego.



El 1 de agosto de 2008, seis personas murieron en Osetia del Sur cuando estalló la lucha entre las fuerzas georgianas y de Osetia del Sur. Ambas partes se acusaron mutuamente de abrir fuego en primero; con las fuerzas de paz de Rusia culpando Georgia y los georgianos culpando a las fuerzas de paz de Rusia [33].

El 5 de agosto, Rusia anunció que iba a "defender a sus ciudadanos que viven en la zona de conflicto" si el conflicto fuese a irrumpir en Georgia, Osetia del Sur y el Presidente dijo que Georgia estaba "tratando de provocar una guerra a gran escala." Además, el sur los niños de Osetia estaban siendo evacuados de la zona de conflicto, un acto que fue "condenado" por parte de Georgia, diciendo que los separatistas estaban "utilizando sus jóvenes como propaganda política." [34]

El 7 de agosto, se anunció un alto el fuego entre Georgia y Osetia del Sur, con Rusia en calidad de mediador entre los dos. En la noche del 7 de agosto, cinco horas después del alto el fuego declarado, el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili comenzó una operación militar contra la ciudad capital de Osetia del Sur, Tskhinvali. [35] El ataque de Georgia apuntó a los hospitales, la universidad y dejó a la ciudad sin alimentos, agua, electricidad y gas [36].

Las fuerzas georgianas cercaron la ciudad y sus tropas y los tanques continuaron el ataque a los objetivos civiles. El 8 de agosto, Rusia llamó a poner fin a la ofensiva militar. Según reportó que 2.000 civiles fueron asesinados por esta región de Osetia del Sur, por lo que Rusia envió tropas a la zona. El primer ministro ruso Putin se calificó las acciones de Georgia como "genocidio" y Rusia también bombardeó una ciudad de Georgia. Inmediatamente, Estados Unidos instó a "poner fin a los bombardeos rusos." El Presidente de Georgia la calificó como una "brutal invasión rusa sin provocación". Gran parte de Tsjinvali quedó en ruinas después de la ofensiva de Georgia, dejando 34.000 refugiados de Osetia del Sur en Rusia. [37]

Georgia, que temía 2.000 desplegados en Irak, anunció el 9 de agosto que sería traería 1.000 soldados de Irak para ser desplegados en Osetia del Sur, con Estados Unidos proporcionando el transporte para las tropas georgianas que regresaran. [38] Sin embargo, el avance ruso empujó atrás a las tropas georgianas, volviendo a capturar la ciudad y dañando gran parte de la infraestructura militar de Georgia. Las tropas rusas también entraron en la provincia separatista de Abjasia e incluso ocuparon la ciudad georgiana de Gori.

El 12 de agosto, los rusos, anunciaron el fin de sus operaciones militares en Georgia y el 13 de agosto, el último remanente de tropas georgianas se retiró de Osetia del Sur.



Sin embargo, hay mucho más en esta historia que simplemente un conflicto entre una nación pequeña de Asia Central y Rusia. Es importante recordar el papel desempeñado por las ONGs estadounidenses para colocar en el poder al presidente de Georgia, Mijail Saakashvili a través de la Revolución de las Rosas en 2003 [Ver:
Revoluciones de Color y los Orígenes de la Tercera Guerra Mundial]. Entonces, Estados Unidos desarrolló vínculos más estrechos con Georgia. Incluso antes de la Revolución de las Rosas, en 2002, los asesores militares de Estados Unidos viajaron a Georgia en un esfuerzo por abrir un "nuevo frente" en la guerra contra el terrorismo, con los estadounidenses allí para "entrenar al ejército de Georgia en formas de contrarrestar la actividad militante." [39] También en 2002, cientos de Boinas Verdes y 200 Fuerzas Especiales de Estados Unidos llegaron a Georgia para entrenar a las fuerzas georgianas "en la lucha contra el terrorismo y operaciones de contrainsurgencia."[40] Rusia advirtió contra la participación de Estados Unidos en Georgia, señalando que podría "complicar" la situación [41].

Tropas de Estados Unidos y Georgia, incluso llevaron a cabo juegos de guerra y ejercicios militares en conjunto. En julio de 2008, se informó que 1.000 soldados estadounidenses en Georgia comenzaron un ejercicio de entrenamiento militar con las tropas de Georgia llamado "Inmediate Response 2008." El mismo informe dice que "Georgia y el Pentágono [cooperaron] estrechamente." El ejercicio de entrenamiento acrecentó las crecientes tensiones entre Rusia y Georgia, mientras que Estados Unidos apoyaba al mismo tiempo la oferta de Georgia de convertirse en un miembro de la OTAN [42].

Además, 1.200 soldados estadounidenses y 800 georgianos fueron a entrenar durante tres semanas en una base militar cerca de la capital georgiana de Tbilisi. [43] El ejercicio se estaba ejecutando en cooperación con la OTAN y fue precedido por una visita a Georgia de la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, donde se reunió con el Presidente y afirmó que, "el futuro de Georgia está en la OTAN." [44]

Sin embargo, estos ejercicios y el aumento de la cooperación militar entre los Estados Unidos y Georgia no pasó desapercibido para Rusia, que comenzó al mismo tiempo maniobras militares al otro lado de las montañas del Cáucaso, con la participación de hasta 8.000 soldados rusos. [45] Claramente, la misma Rusia era consciente de la posibilidad de un conflicto militar en la región.

Cuando el conflicto con Rusia comenzó, instructores militares estadounidenses se encontraban en Georgia, [46] y el enviado de Rusia ante la OTAN, también acusó a la OTAN de alentar a Georgia a tomar la ofensiva contra Osetia del Sur [47].

Estados Unidos no fue la única nación occidental que ayudó a Georgia; como miembro no oficial de la OTAN, Israel también jugó un papel en armar a Georgia. Los tanques y la artillería georgiana que capturaron la capital de Osetia del Sur fueron supervisados por asesores militares israelíes. Además, hasta un año antes del conflicto, el Presidente de Georgia había encargado más de 1.000 asesores militares de empresas privadas de seguridad israelíes para entrenar a las fuerzas armadas de Georgia, así como ofrecer instrucción en inteligencia militar y de seguridad. Georgia, también había comprado equipo militar a Israel [48].

La guerra en Georgia fue diseñada para aumentar las tensiones entre la OTAN y Rusia, utilizando la región como un medio para crear un conflicto más amplio. Sin embargo, la decisión de Rusia de poner fin a las operaciones de combate rápidamente le jugó a su favor y tuvo el efecto de disminuir las tensiones internacionales. El asunto de la pertenencia de Georgia a la OTAN es muy importante, porque si hubiera sido miembro de la OTAN, el ataque de Rusia a Georgia habría sido visto como un ataque contra todos los miembros de la OTAN. La guerra en Afganistán fue lanzada por la OTAN con la premisa de que "un ataque contra uno es un ataque contra todos".

También significativa es la existencia de un acuerdo para un gran oleoducto en estudio, con Georgia ubicada en una posición estratégica clave. Georgia se encuentra entre Rusia y Turquía, entre el Mar Caspio y el Mar Negro, y por encima de Irán e Irak. La importancia de Georgia como un punto estratégico no puede ser subestimada. Esto es cierto, especialmente cuando se trata de oleoductos.



El Bakú Tbilisi Ceyhan (BTC), el segundo oleoducto más grande del mundo, viaja desde Bakú, la capital de Azerbaiyán, a través de Tbilisi, la capital de Georgia, a Ceyhan, un puerto del Mediterráneo en Turquía. Este gasoducto se crea una ruta que no pasa por Irán y Rusia, para que los recursos petroleros de la Cuenca del Mar Caspio lleguen "a Estados Unidos, Israel y los mercados de Europa Occidental." La empresa estadounidense Bechtel, es la contratista principal para la construcción, adquisición e ingeniería, mientras que British Petroleum (BP), es el principal accionista en el proyecto [49]. Israel obtiene gran parte de su petróleo a través de Turquía a través de la ruta del oleoducto BTC, lo que probablemente jugó un papel importante en el apoyo de Israel a Georgia en el conflicto [50], mientras se desarrolla el continuo enfrentamiento entre Occidente y Oriente (Rusia / China) por el control de los recursos del mundo.

Zbigniew Brzezinski, cofundador, junto a David Rockefeller, de la Comisión Trilateral, y Asesor de Seguridad Nacional de Jimmy Carter, quien tuvo un papel clave en la creación de los muyahidines afganos, que se volverían conocidos como Al-Qaeda, escribió una editorial para el Time Magazine enfocándose en el conflicto entre Rusia y Georgia. Brzezinski, que es un maestro de la estrategia geopolítica de la Guerra Fría, naturalmente, culpó a Rusia por el conflicto. Sin embargo, también reveló la verdadera naturaleza del conflicto.

Empezó culpando "la invasión rusa de Georgia" a sus "objetivos imperiales". Brzezinski culpó de ello al "intenso semblante nacionalista que ahora impregna a la élite política de Rusia". Brzezinski pasó a explicar importancia estratégica de Georgia, afirmando que, "una Georgia independiente es fundamental para el flujo internacional de petróleo ", ya que el oleoducto BTC "proporciona el acceso de Occidente a los recursos energéticos de Asia Central". Brzezinski advirtió a Rusia de ser "condenada al ostracismo internacional", en particular, su élite empresarial, calificándolos de "vulnerables", porque "los poderosos oligarcas de Rusia tienen cientos de miles de millones de dólares en cuentas bancarias occidentales", que estarían sujetas a una eventual congelación" por parte de Occidente en caso de un "enfrentamiento al estilo de la Guerra Fría." [51] El operativo editorial de Brzezinski esencialmente llamó a la extorsión geopolítica.

lunes, 19 de marzo de 2012

Las revoluciones de color y los orígenes de la tercera guerra



Andrew Gavin Marshall

A raíz de la geoestrategia de EEUU en lo que Brzezinski denomina el "Balcanes Globales", el gobierno de Estados Unidos ha trabajado estrechamente con las principales ONGs para "promover la democracia" y la "libertad" en las ex repúblicas soviéticas, desempeñando un papel tras bastidores fomentando lo que se denomina "revoluciones de color", que instalan líderes títeres amigos de Estados Unidos y Occidente para promover los intereses de Occidente tanto económica como estratégicamente.

La Parte 2 de este ensayo sobre "Los Orígenes de la Tercera Guerra Mundial", analiza las revoluciones de color como una estratagema clave en la imposición del Nuevo Orden Mundial liderado por Estados Unidos. La estrategia de la "revolución de color" o "suave" es una táctica política encubierta para ampliar la OTAN y la influencia de Estados Unidos hacia las fronteras de Rusia e incluso China; siguiendo la línea de uno de los principales objetivos de la estrategia de Estados Unidos en el Nuevo Orden Mundial: contener a China y Rusia, y evitar el surgimiento de cualquier desafío al poder de Estados Unidos en la región.

Estas revoluciones son retratadas en la prensa occidental como revoluciones populares democráticas, en la que la gente de los respectivos países demanda la rendición de cuentas y la gobernabilidad democrática hacia sus dirigentes despóticos y sistemas políticos arcaicos. Sin embargo, la realidad dista mucho de lo que esta imagen utópica sugiere. Las ONGs y los medios occidentales financian y organizan en gran medida a los grupos de oposición y movimientos de protesta, y en medio de una elección, crean la percepción pública de fraude electoral, a fin de encausar a movimientos masivos de protesta para exigir que "su" candidato sea instalado en el poder. Lo que pasa es que "su" candidato es siempre el candidato favorito de Estados Unidos y Occidente, cuya campaña es a menudo gruesamente financiada por Washington, y que propone políticas favorables a Estados Unidos y a las condiciones económicas neoliberales. Al final, son las personas las que salen perdiendo, pues su auténtica esperanza por el cambio y la rendición de cuentas termina siendo negada por la influencia que Estados Unidos ejerce sobre sus líderes políticos.

Las revoluciones blandas también tienen el efecto de enemistar con China y Rusia, en concreto, ya que las coloca como protectorados de Estados Unidos en sus fronteras, y empuja a muchos de los países del antiguo Pacto de Varsovia para conseguir una mayor cooperación política, económica y militar. Esto a continuación, exacerba las tensiones entre Occidente y China y Rusia, que en última instancia conduce al mundo hacia un conflicto potencial entre los dos bloques. 

Serbia 



Serbia experimentó su "revolución de color" en octubre de 2000, la que condujo al derrocamiento del líder serbio Slobodan Milosevic. Como informó el Washington Post en diciembre de 2000, a partir de 1999, los Estados Unidos llevaron a cabo una importante "estrategia electoral" para derrocar a Milosevic, a través de "consultores financiados por Estados Unidos desempeñando un papel crucial detrás de la escena en prácticamente cada faceta de la campaña contra Milosevic; encuestas de seguimiento de su gestión, la formación de miles de activistas de oposición y ayudando a organizar un recuento de votos paralelo de importancia vital. Los contribuyentes de EEUU pagaron 5.000 latas de pintura en spray utilizadas por los activistas estudiantiles para garabatear graffitis anti-Milosevic en las paredes de Serbia, y 2,5 millones de pegatinas con el lema "Estás acabado", que se convirtieron en eslogan de la revolución". Además, de acuerdo con Michael Dobbs, escritor del Washington Post, algunos de los "20 líderes de la oposición aceptaron la invitación del National Democratic Institute (NDI) con sede en Washington en octubre de 1999 a un seminario en el Hotel Marriott de Budapest."

Curiosamente, "Algunos estadounidenses que participaron en el esfuerzo contra Milosevic señalaron que eran conscientes de actividad de la CIA al margen de la campaña, pero tuvieron problemas para descubrir lo que el organismo preparaba. Sea lo que sea, concluyeron que no era particularmente efectivo. El papel principal fue tomado por el Departamento de Estado y la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos, la agencia de asistencia externa del gobierno, que canaliza los fondos a través de contratistas comerciales y grupos sin fines de lucro tales como el NDI y su homólogo republicano, el International Republican Institute (IRI)."

El NDI (National Democratic Institute), "trabajó en estrecha colaboración con los partidos de la oposición serbia, el IRI centró su atención en "Otpor", que sirvió como columna vertebral ideológica y organizacional de la revolución. En marzo, el IRI financió a dos docenas de líderes de Otpor para asistir a un seminario sobre resistencia no violenta en el Hotel Hilton de Budapest." En el seminario, "los estudiantes serbios recibieron capacitación en temas tales como la forma de organizar una huelga, cómo comunicarse con símbolos, cómo superar el miedo y la manera de socavar la autoridad de un régimen dictatorial." [1]

Como revelara el New York Times, Otpor, el principal grupo de oposición estudiantil, recibía un constante flujo de dinero procedente de la National Endowment for Democracy (NED), una organización financiada por el Congreso para "promover la democracia". La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) le dio dinero a Otpor, como también lo hizo el Internacional Republican Institute", otro grupo no gubernamental de Washington financiado en parte por el A.I.D." [2]

Georgia 




En 2003, Georgia pasó por su "Revolución de las Rosas", que llevó al derrocamiento del presidente Eduard Shevardnadze, y su reemplazó por Mikhail Saakashvili, después de las elecciones de 2004. En un artículo de noviembre de 2003 en The Globe and Mail, se informó que una fundación establecida en Estados Unidos "empezó a instalar los ladrillos para el derrocamiento del presidente de Georgia, Eduard Shevardnadze," a través del financiamiento de su organización sin fines de lucro "enviando a la activista de 31 años de Tbilisi llamada Giga Bokeria a Serbia para reunirse con los miembros del movimiento Otpor (Resistencia), y aprender cómo utilizaron las manifestaciones callejeras para derrocar al dictador Slobodan Milosevic. Luego", en el verano, "la fundación pagó un viaje de regreso a Georgia con activistas de Otpor, que dirigieron cursos de tres días de enseñanza a más de 1.000 estudiantes para emprender una revolución pacífica".

Esta fundación con sede en Estados Unidos, "también financió una popular estación de televisión de la oposición que fue crucial para movilizar el apoyo de [la] 'revolución de terciopelo', y [que] brindó apoyo financiero a un grupo de jóvenes que encabezó las protestas callejeras." El dueño de la fundación "tiene una relación cordial con el principal opositor del Sr. Shevardnadze, Mikhail Saakashvili, un abogado educado en Nueva York que se espera, gane la presidencia en una elección programada para el 4 de enero."

Durante una conferencia de prensa realizada una semana antes de su dimisión, el Sr. Shevardnadze dijo que la fundación norteamericana "está en contra del Presidente de Georgia." Además, "el Sr. Bokeria, cuya Liberty Institute recibió dinero de ambas, [la fundación financiera] y el Eurasia Institute apoyado por el Gobierno de Estados Unidos, dice que otras tres organizaciones desempeñaron un papel clave en la caída del Sr. Shevardnadze: el partido del Movimiento Nacional del Sr. Saakashvili, la televisión Rustavi-2 y la estación Kmara! (¡Basta! En georgiano), un grupo de jóvenes que declaró la guerra al Sr. Shevardnadze [en] abril y comenzó una campaña de carteles y graffitis atacando la corrupción del gobierno." [3]

Al día siguiente de la publicación del artículo anteriormente citado, el autor publicó otro artículo en el Globe and Mail, que explica que la "revolución sin sangre" en Georgia "huele más como otra victoria de los Estados Unidos sobre Rusia en el juego de ajedrez internacional de la post-Guerra Fría." El autor, Mark MacKinnon, explicó que la caída de Eduard Shevardnadze radicaba "en el petróleo del Mar Caspio, uno de los pocos grandes remanentes, relativamente sin explotar, de fuentes de petróleo mundial", pues "Georgia y su vecina Azerbaiyán, que limitan al Caspio, rápidamente comenzaron a ser vistas no sólo como nuevos países independientes, sino como parte de un "corredor energético". "Se hicieron planes para un gaseoducto masivo", que iría a través de Georgia hacia Turquía y el Mediterráneo." Vale la pena citar a MacKinnon en detalle:
Cuando se hicieron estos planes, el Sr. Shevardnadze fue visto como un activo tanto por los inversores occidentales como por el gobierno de los Estados Unidos. Su reputación como el hombre que ayudó a terminar la Guerra Fría dio a los inversores un sentido de confianza en el país, y su intención declarada de sacar a Georgia de la órbita de Rusia hacia las instituciones occidentales como la Organización del Tratado del Atlántico Norte y la Unión Europea ha jugado bien para el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Los Estados Unidos se movieron rápidamente para abrazar Georgia, abriendo una base militar en el país [en 2001], para dar los soldados georgianos formación "antiterrorista". Eran las primeras tropas de Estados Unidos que se establecían en una ex república soviética.

Pero en algún lugar a lo largo del camino, el Sr. Shevardnadze dio marcha atrás y decidió abrazar una vez más a Rusia. Este verano, Georgia firmó un acuerdo secreto de 25 años haciendo que el gigante energético ruso Gazprom, sea su único proveedor de gas. Entonces, le vendieron efectivamente la red eléctrica a otra empresa de Rusia, cortando con AES, la empresa que la administración de Estados Unidos había apoyado para ganar el acuerdo. El Sr. Shevardnadze atacó a los de AES como "mentirosos y tramposos". Ambos acuerdos aumentaron dramáticamente la influencia rusa en Tbilisi.
Después de las elecciones en Georgia, el respaldado y educado en EEUU, Mikhail Saakashvili, ascendió a la Presidencia y "ganó la batalla." [4] Este es un nuevo ejemplo de la íntima relación entre la geopolítica del petróleo y la política exterior de Estados Unidos. La revolución de color fue vital en empujar hacia adelante los intereses de Estados Unidos y la OTAN en la región, obteniendo el control sobre las reservas de gas de Asia Central y conteniendo a Rusia de expandir sus influencias. Esto se vincula directamente con la estrategia imperial estadounidense y de la OTAN para el nuevo orden mundial, tras el colapso de la URSS. [Esta estrategia se describe en detalle en la Parte 1 de este ensayo: Una estrategia imperial para el Nuevo Orden Mundial: Los Orígenes de la Tercera Guerra Mundial].


Ucrania



En 2004, Ucrania pasó a través de su "Revolución Naranja", en la que la el líder pro-occidental y de oposición, Viktor Yushchenko, se convirtió en presidente, derrotando a Viktor Yanukovich. En 2004, The Guardian reveló que, tras las disputadas elecciones (como sucede en toda revolución "de color"), "las guerrillas democráticas del movimiento juvenil ucraniano Pora ya han ganado una destacada batalla - sea cual sea el resultado de la peligrosa posición de Kiev," sin embargo, "la campaña es una creación norteamericana, un ejercicio sofisticado y brillantemente concebido del marketing de marcas y masas occidental que, en cuatro países y durante cuatro años, ha sido utilizado para tratar de salvar elecciones manipuladas y derrocar a los regímenes desagradables".

El autor, Ian Traynor, explicó que, "financiado y organizado por el gobierno de los Estados Unidos, desplegando consultores, encuestadores, diplomáticos de EEUU, los dos grandes partidos estadounidenses y las organizaciones gubernamentales Estados Unidos, la campaña fue utilizada por primera vez en Europa en Belgrado en 2000 cuando Slobodan Milosevic fue vencido en las urnas". Además, "El International Democratic del Partido Republicano, el Departamento de Estado de EEUU y el USAID son los principales organismos involucrados en estas campañas de base, así como la ONG Freedom House" y el mismo financiero multimillonario involucrados en la "Revolución de las Rosas" de Georgia. En la implementación de la estrategia del cambio del régimen, "Las oposiciones generalmente díscola pasa a estar unida detrás de un candidato único, si es que existe alguna posibilidad de destronar al régimen. Ese líder es elegido por razones pragmáticas y objetivas, incluso si él o ella es antiestadounidense".

Traynor continúa:
Freedom House y el NDI del Partido Demócrata ayudaron a financiar y organizar el más grande "esfuerzo regional de observación electoral civil" en Ucrania, con más de 1.000 observadores entrenados. También organizaron las encuestas a boca de urna. El domingo por la noche las encuestas le dieron a Yuschenko una ventaja de 11 puntos y estableció la agenda por lejos para lo que venía.

Las encuestas a boca de urna eran consideradas críticas, ya que toman la iniciativa en la guerra de propaganda contra el régimen, siempre que aparecen en primer lugar, reciben una amplia cobertura mediática y poner la responsabilidad en las autoridades para responder.

La etapa final de la plantilla de Estados Unidos se enfoca al modo de reaccionar cuando el titular intenta robar una elección perdida.

[...] En Belgrado, Tbilisi, y ahora Kiev, donde inicialmente las autoridades trataron de aferrarse al poder, el consejo era mantenerse fresco, pero decidido y organizar grandes manifestaciones de desobediencia civil, que deberán seguir siendo pacíficas, pero a riesgo de provocar la represión violenta del régimen. [5]
Como explica Jonathan Steele en The Guardian, el líder de la oposición, Viktor Yushchenko, quien cuestionó los resultados electorales, "fue primer ministro bajo el presidente saliente, Leonid Kuchma, y algunos de sus seguidores también están vinculados a los brutales clanes industriales que manipularon la privatización de la Ucrania post-Soviética." Explicó además que el fraude electoral es fundamentalmente irrelevante, ya que "La decisión de la protesta parece depender principalmente de la realpolitik y de si los rivales o el titular son considerados más "pro-occidentales" o "pro-mercado"". En otras palabras, los que apoyan una agenda económica neoliberal contarán con el apoyo de los Estados Unidos y la OTAN, pues el neoliberalismo es el orden económico internacional establecido y hace avanzar sus intereses en la región.

Además, "En Ucrania, Yushchenko, ganó el premio occidental, y caudales de dinero fueron invertidos en los grupos que lo apoyan, que van desde la organización juvenil Pora, a diversos sitios de oposición. Más provocador, las embajadas de EEUU y otras embajadas occidentales, pagaron encuestas a boca de urna". Este es un símbolo de la importancia estratégica de Ucrania a Estados Unidos, "que se niega a abandonar su política de Guerra Fría de cercar a Rusia y de tratar atraer a todas las ex repúblicas soviéticas a su lado." [6]



Un comentarista de The Guardian, señaló la hipocresía de la cobertura de los medios occidentales: "Dos millones de manifestantes contra la guerra pueden escucharse por las calles de Londres y ser políticamente ignorados, pero unas pocas decenas de miles de personas en el centro de Kiev son proclamadas como «el pueblo», mientras que la policía de Ucrania, los tribunales y las instituciones gubernamentales son descalificados como como instrumentos de opresión." También explicó que, "Enormes manifestaciones se han celebrado en Kiev en apoyo del primer ministro, Viktor Yanukovich, pero no aparecen en nuestras pantallas de televisión: si se admite su existencia, los partidarios de Yanukovich serían denigrados por haber sido "trasladados en autobuses''. Las manifestaciones en favor de Viktor Yushchenko tienen luces láser, pantallas de plasma, sofisticados sistemas de sonido, conciertos de rock, tiendas de campaña para acampar en grandes cantidades y de prendas de vestir naranja, sin embargo, estaremos encantados de engañarnos a nosotros mismos pensando que son espontáneas." [7]

En 2004, la Associated Press informó que, "La Administración Bush ha gastado más de $ 65 millones de dólares en los últimos dos años para ayudar a organizaciones políticas en Ucrania, pagando para que el líder opositor Viktor Yushchenko se reuniese con los líderes de Estados Unidos y ayudando a implementar una encuesta a boca de urna indicando que ganó la segunda vuelta disputada el mes pasado". El dinero, señalan, "fue canalizado a través de organizaciones como la Fundación Eurasia, o a través de grupos alineados con republicanos y demócratas que organizaron capacitación electoral, con foros de derechos humanos o con medios de comunicación independientes". Sin embargo, incluso funcionarios del gobierno "reconocen que parte del dinero ayudó a formar grupos e individuos contra el candidato de gobierno apoyado por Rusia".

El informe señala que algunas importantes fundaciones internacionales financiaron las encuestas a boca de urna, que según el líder titular eran "sesgadas". Estas fundaciones incluyen "La National Endowment for Democracy, que recibe el dinero directamente del Congreso, la Eurasia Foundation, que recibe dinero de el Departamento de Estado, y la Renaissanse Foundation", que recibe dinero del mismo financista multimillonario [Geogre Soros], así como del Departamento de Estado de EEUU. Dado que se trata del Departamento de Estado, implica que esta financiación está directamente inmersa en la estrategia de política exterior de Estados Unidos. "Otros países que participan incluyen Gran Bretaña, los Países Bajos, Suiza, Canadá, Noruega, Suecia y Dinamarca." Asimismo, participan en la financiación de determinados grupos y actividades en Ucrania el National Republican Institute y el Nacional Democratic Institute, que era presidido por la ex Secretaria de Estado, Madeleine Albright, en ese momento [8].



Mark Almond escribió para The Guardian en 2004, sobre la llegada del "Poder Popular", describiendo en el la relación con la situación que se estaba desencadenando en Ucrania, y declaró que, "La agitación en Ucrania se presenta como una batalla entre el pueblo y las estructuras de poder de la era soviética. El papel de las agencias occidentales del tiempo de la Guerra Fría es un tabú. Coloca las narices en la financiación del prolijo carnaval en Kiev, y los gritos de rabia demuestran que has tocado un punto neurálgico del Nuevo Orden Mundial".

Almond se explayó:
"A lo largo de la década de 1980, en la construcción de las revoluciones de terciopelo de 1989, un pequeño ejército de voluntarios - y, seamos sinceros, espías - cooperaron para promover lo que se convirtió en el Poder Popular. Una red de fundaciones y organizaciones caritativas entrelazadas se multiplicaron para coordinar la logística de la transferencia de millones de dólares hacia los disidentes. El dinero proviene mayoritariamente de los estados de la OTAN y aliados encubiertos de "neutrales", como Suecia.

[...] La resaca del Poder Popular es la terapia de shock. Cada muchedumbre sucesiva es vendida a la visión multimedia de la prosperidad Euro-Atlántica por parte de los medios "independientes" financiados por Occidente para conseguir que se vuelquen a las calles. Nadie se fija en el desempleo masivo, las rampantes operaciones con información privilegiada, el crecimiento del crimen organizado, la prostitución y crecientes tasas de mortalidad en los exitosos estados del Poder Popular.
Almond delicadamente indicó, "el Poder Popular, en sus resultados, es más cercano a cerrar cosas que a crear una sociedad abierta. Cierra fábricas pero, peor aún, cierra mentes. Sus defensores demandan libre mercado en cualquier cosa – menos en la opinión. La actual ideología de los mentores del Nuevo Orden Mundial, muchos de ellos comunistas renegados, es el Mercado-Leninismo - la combinación de un modelo económico dogmático con métodos maquiavélicos para agarrar las palancas del poder." [9]

Como Mark MacKinnon reportó en el Globe and Mail, Canadá también apoyó los esfuerzos del grupo de activistas jóvenes, Pora, en Ucrania, proporcionando financiación para el movimiento democrático del "poder popular". Como señala MacKinnon, "La Administración Bush tiene especial interés en ver a una personalidad pro-occidental como presidente para garantizar el control de un importante gasoducto que va desde Odessa en el Mar Negro hacia Brody en la frontera polaca." Sin embargo, "El presidente saliente, Leonid Kuchma, recientemente ha invertido el flujo del gasoducto que lleva el crudo al sur de Rusia en lugar de ayudar a los productores de Estados Unidos en la región del Mar Caspio para enviar sus productos a Europa". Como analiza MacKinnon, la financiación inicial de las naciones occidentales vino de Canadá, aunque esta medida fue finalmente superada en cantidad por los Estados Unidos.

Andrew Robinson, el embajador de Canadá en Ucrania para ese tiempo, en 2004, "comenzó a organizar reuniones mensuales en secreto para los embajadores occidentales, presidiendo lo que él llama sesiones periódicas de "coordinación de los donantes" entre los 28 países interesados en ver al Sr. Yushchenko tener éxito. Finalmente, actuó como portavoz del grupo y se convirtió en un destacado crítico del control mediático de mano dura del gobierno de Kuchma". Canadá también "invirtió en una controvertida encuesta a boca de urna, llevada a cabo en el día de la elección por el Centro Razumkov de Ucrania y otros grupos, que contradecían los resultados oficiales que señalaban que Yanukovich había ganado". Una vez que el nuevo gobierno pro-occidental se encontraba instalado, fue que se"anunció su intención de invertir el flujo del oleoducto Odessa-Brody." [10]



De nuevo, esto sigue el ejemplo de Georgia, donde varios intereses de los Estados Unidos y la OTAN se cumplían a través del éxito de la "revolución de color", al mismo tiempo que evitaban la expansión rusa y la extensión de su influencia en la región, así como avanzaron el control e influencia de Estados Unidos y la OTAN sobre los principales recursos y los corredores de transporte de la región.

Daniel Wolf escribió para The Guardian que, "Para la mayoría de las personas se reunieron en la Plaza de la Independencia de Kiev, la manifestación se sintió espontánea. Tenían muchas razones para querer detener al candidato del gobierno, Viktor Yanukovich, de su llegada al poder, y aprovecharon la oportunidad que se les ofrecía. Sin embargo, caminando por el campamento en diciembre pasado, era difícil pasar por alto la evidencia de la meticulosa preparación - las cocinas y las tiendas de los manifestantes, la astucia del concierto, la profesionalidad de la cobertura televisiva, la proliferación del enfermizo logo naranja donde quiera que pasara". También declaró, por escrito, "los acontecimientos de la plaza fueron el resultado de una planificación cuidadosa y en secreto por el círculo íntimo de Yushchenko durante un período de años. La verdadera historia de la revolución naranja es mucho más interesante que la fábula de que ha sido ampliamente aceptada".

Roman Bessmertny, director de campaña de Yuschenko, dos años antes de las elecciones de 2004, "puso a más de 150.000 personas en cursos de formación, seminarios, y clases prácticas realizadas por especialistas legales y mediáticos. Algunos de los que asisten a estos cursos eran miembros de las comisiones electorales a nivel local, regional y nacional, y otros fueron observadores electorales, a los que no sólo enseñaban a ser cuidadosos, también se les entregaron cámaras para grabarlos en vídeo. Más de 10.000 cámaras se distribuyeron, con el fin de registrar los acontecimientos en cada mesa de votación". En definitiva, se trató de una intrincada y mediática campaña de relaciones públicas bien preparada, orquestada gracias a un potente financiamiento. Difícilmente la esporádica noción de "poder popular" es aplicada a un "golpe pacífico" en los medios occidentales. [11]

La "Revolución de los Tulipanes" en Kirguistán 


En 2005, Kirguistán se sometió a su "Revolución de los Tulipanes" en la que el titular fue sustituido por el candidato pro-occidental a través de otra revolución "popular". Como informara el New York Times en marzo de 2005, poco antes de las elecciones de marzo, "un periódico de oposición publicó fotografías de una casa palaciega en construcción para el muy impopular presidente del país, Askar Akayev, ayudando a detonar la indignación generalizada y una revuelta popular." Sin embargo, este "periódico fue el beneficiario del gobierno de Estados Unidos y fue impreso en una imprenta del gobierno americano, operada financieramente por la Freedom House, una organización estadounidense que se describe como "una voz clara por la democracia y la libertad en todo el mundo"".

Por otra parte, otros países que han "contribuido a financiar programas para desarrollar la democracia y la sociedad civil" en Kirguistán fueron Gran Bretaña, los Países Bajos y Noruega. Estos países en conjunto "desempeñaron un papel crucial en la preparación del terreno para el levantamiento popular que llevó al poder a los políticos de la oposición". El dinero fluía en su mayoría de los Estados Unidos, en particular, a través de la National Endowment for Democracy (NED), así como a través de "la prensa de Freedom House o el servicio en idioma kirguís de Radio Free Europe/Radio Liberty, una emisora pro-democrática". El National Democratic Institute, también jugó un papel importante en el financiamiento, razón por la cual uno de los principales beneficiarios de su ayuda financiera, dijo, "Hubiese sido absolutamente imposible que esto sucediera sin esa ayuda."

El Times informó además de que:
"Dinero estadounidense ayuda a financiar centros de sociedad civil por todo el país donde los activistas y los ciudadanos puedan reunirse, recibir formación, leer la prensa independiente, e incluso ver la CNN o navegar por Internet en algunos de ellos. Solamente el [National Democratic Institute, NDI] opera 20 centros que ofrecen resúmenes de noticias, en ruso, kirguís y uzbeco.

Estados Unidos patrocina la Universidad Americana de Kirguistán, cuya misión es, en parte, promover el desarrollo de la sociedad civil, y financiar programas de intercambio que envían a los estudiantes y dirigentes de organizaciones no gubernamentales a los Estados Unidos. El nuevo primer ministro de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, fue uno de ellos.

Todo el dinero y mano de obra puestos en la oposición unificada de Kirguistán apoyando financiera y moralmente en los últimos años, así como la infraestructura permitieron comunicar sus ideas para el pueblo kirguís".
Respecto a aquellos "que no leían ruso o carecían de acceso a la prensa escucharon los resúmenes de sus artículos en lengua kirguís de la Radio Azattyk, la franquicia local de Radio Free Europe/Radio Liberty financiada por Estados Unidos." Otros medios de comunicación "independientes" se financiaron por cortesía del Departamento de Estado de EEUU. [12].

Como el Wall Street Journal reveló antes de las elecciones, los grupos de oposición, las ONG y los medios de comunicación "independientes" en Kirguistán estaban recibiendo asistencia financiera de la Freedom House de los Estados Unidos así como de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID). El diario informó que, "para no provocar a Rusia y violar las normas diplomáticas, los EEUU no pueden apoyar directamente a los partidos políticos de oposición. Pero financia una red de influyentes organizaciones no gubernamentales cuyo apoyo a la libertad de prensa, el Estado de derecho y elecciones limpias, casi inevitablemente, se ha enfrentado a los intereses arraigados de los antiguos regímenes autocráticos."

Como informara el Journal, Kirguistán "ocupa un lugar estratégico. Estados Unidos y Rusia, ambos tienen bases militares aquí. Cinco millones de ciudadanos del país, de mayoría musulmana, se intercalan en un barrio tumultuosa entre un Kazajstán, rico en petróleo, cuyo régimen tolera poca disidencia política; un Uzbekistán dictatorial, que ha tomado medidas contra los grupos de ayuda exterior y un Tayikistán en la miseria".

En el país, la principal ONG de oposición, la Coalición para la Democracia y los Derechos Civiles, obtiene su financiación "del National Democratic Institute for International Affairs, agencia sin fines de lucro con base en Washington financiada por el gobierno de los EEUU, y la USAID". Otras agencias que participaron, ya sea a través de la financiación o la formación técnica ideológica (ver: propaganda), son el National Endowment for Democracy (NED), el Instituto Albert Einstein, Freedom House, y el Departamento de Estado de EEUU. [13].

El presidente Askar Akayev de Kirguistán se refirió a que una "tercera fuerza" había ganado el poder en su país. El término fue tomado de uno de los más destacados think tanks, pues “tercera fuerza” es:
"... lo que detalla el cómo, organizaciones no gubernamentales (ONG) apoyadas por occidente, pueden promover el cambio de régimen y política en todo el mundo. La formula es repetida por la tercera revolución del "poder popular" en la antigua Unión Soviética en poco más de un año - después de los eventos similares ocurridos en Georgia en noviembre de 2003 y en Ucrania la pasada Navidad – lo que significa que el espacio post-soviético ahora se asemeja a Centroamérica en los años 1970 y 1980, cuando una serie de Golpes de Estado respaldados por Estados Unidos consolidó el control del país en el hemisferio occidental."
Como informó The Guardian:
"Muchos de los mismos operativos de Estados Unidos en América Latina han ejercido su función en Europa Oriental bajo el alero de George Bush, sobre todo, Michael Kozak, ex embajador de EEUU en Bielorrusia, quien se jactaba en estas páginas en 2001 de que estaba haciendo en Bielorrusia exactamente lo que había hecho en Nicaragua: "apoyar la democracia".
Más información:
"El caso de Freedom House es particularmente llamativo. Presidida por el ex director de la CIA, James Woolsey, Freedom House fue el principal auspiciador de la revolución naranja en Ucrania. Se estableció una imprenta en Bishkek en noviembre de 2003, que imprime 60 de los periódicos de la oposición. Aunque se describe como una prensa "independiente", el organismo que oficialmente es el propietario está presidido por el belicoso senador republicano John McCain, mientras que el ex asesor de Seguridad Nacional, Anthony Lake, está en la junta. Estados Unidos también apoya la radio y televisión de oposición". [14]
Así que de nuevo, la misma fórmula fue seguida en las repúblicas de Asia Central de la antigua Unión Soviética. Esta estrategia de política exterior de Estados Unidos de promoción de la "revolución suave" se gestiona a través de una red de organizaciones no gubernamentales y think tanks estadounidenses e internacionales. Hacen avanzar a la OTAN y, en particular, a los intereses de Estados Unidos en la región.

Conclusión

Las revoluciones blandas o "revoluciones de color" son una estratagema clave en el Nuevo Orden Mundial, fomentando, a través de engaños y manipulación, la estrategia fundamental para contener a Rusia y controlar los recursos clave. Esta estrategia es fundamental para entender la naturaleza imperialista del Nuevo Orden Mundial, especialmente cuando corresponde identificar dónde se repite esta estrategia, específicamente en relación con las elecciones iraníes de 2009.

La Parte 1 de este ensayo señaló la estrategia imperial estadounidense y de la OTAN para entrar en el Nuevo Orden Mundial, tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991. El objetivo principal se centró en cercar a Rusia y China y prevenir la aparición de una nueva superpotencia. Estados Unidos actuaba como la potencia hegemónica imperial, sirviendo a los intereses financieros internacionales para imponer el Nuevo Orden Mundial. La Parte 2 explicó la estrategia imperial de Estados Unidos de utilizar "revoluciones de color" para hacer avanzar sus intereses en Asia Central y Europa del Este, siguiendo la política general reseñada en la Parte 1, de contener la expansión de la influencia de Rusia y China, y de acceso a recursos naturales clave.

La tercera y última parte de este ensayo analiza la naturaleza de la estrategia imperial para construir un Nuevo Orden Mundial, centrándose en el aumento de los conflictos en Afganistán, Pakistán, Irán, América Latina, Europa Oriental y África, y el potencial de estos conflictos para desencadenar una nueva guerra mundial con China y Rusia. En particular, se centra en los últimos años, y hace hincapié en la naturaleza cada creciente de conflictos y guerras en el Nuevo Orden Mundial. La Parte 3 observará el potencial de "Una Nueva Guerra Mundial para un Nuevo Orden Mundial".


Andrew Gavin Marshall es investigador asociado de Centre for Research on Globalization (CRG). Actualmente está estudiando Economía Política e Historia en la Simon Fraser University.

Original en: Global Research

Notas Finales

[1] Michael Dobbs, U.S. Advice Guided Milosevic Opposition. The Washington Post: December 11, 2000: http://www.washingtonpost.com/ac2/wp-dyn/A18395-2000Dec3?language=printer
[2] Roger Cohen, Who Really Brought Down Milosevic? The New York Times: November 26, 2000: http://www.nytimes.com/2000/11/26/magazine/who-really-brought-down-milosevic.html?sec=&spon=&pagewanted=1
[3] Mark MacKinnon, Georgia revolt carried mark of Soros. The Globe and Mail: November 23, 2003: http://www.markmackinnon.ca/dispatches_georgia3.html
[4] Mark MacKinnon, Politics, pipelines converge in Georgia. The Globe and Mail: November 24, 2003: http://www.markmackinnon.ca/dispatches_georgia2.html
[5] Ian Traynor, US campaign behind the turmoil in Kiev. The Guardian: November 26, 2004: http://www.guardian.co.uk/world/2004/nov/26/ukraine.usa
[6] Jonathan Steele, Ukraine's postmodern coup d'etat. The Guardian: November 26, 2004: http://www.guardian.co.uk/world/2004/nov/26/ukraine.comment
[7] John Laughland, The revolution televised. The Guardian: November 27, 2004: http://www.guardian.co.uk/media/2004/nov/27/pressandpublishing.comment
[8] Matt Kelley, U.S. money has helped opposition in Ukraine. Associated Press: December 11, 2004: http://www.signonsandiego.com/uniontrib/20041211/news_1n11usaid.html
[9] Mark Almond, The price of People Power. The Guardian: December 7, 2004: http://www.guardian.co.uk/world/2004/dec/07/ukraine.comment
[10] Mark MacKinnon, Agent orange: Our secret role in Ukraine. The Globe and Mail: April 14, 2007: http://www.markmackinnon.ca/dispatches_ukraine4.html
[11] Daniel Wolf, A 21st century revolt. The Guardian: May 13, 2005: http://www.guardian.co.uk/world/2005/may/13/ukraine.features11
[12] Craig S. Smith, U.S. Helped to Prepare the Way for Kyrgyzstan's Uprising. The New York Times: March 30, 2005: http://query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9806E4D9123FF933A05750C0A9639C8B63&sec=&spon=&pagewanted=all
[13] Philip Shishkin, In Putin's Backyard, Democracy Stirs -- With U.S. Help. The Wall Street Journal: February 25, 2005: http://www.iri.org/newsarchive/2005/2005-02-25-News-WSJ.asp
[14] John Laughland, The mythology of people power. The Guardian: April 1, 2005: http://www.guardian.co.uk/world/2005/apr/01/usa.russia

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