Freddy Martínez
Siempre se ha insistido
que la formación política revolucionaria
es un elemento fundamental para avanzar en la construcción
del socialismo, entendido como una escala de superación de la
sociedad de clases.
El capitalismo no
necesita ciudanos conscientes de su rol como sujetos plenamente
políticos en función del desarrollo colectivo; al contrario, como
sistema de explotación necesita individuos pasivos y acríticos, sin
el cual no sería posible la inalterable y persistente manipulación
de mensajes que segundo a segundo se difunden por los medios masivos
de comunicación.
El capitalismo es un
sistema económico que vende ilusiones. Crea al hombre-masa para
ponerlo a participar en una común necesidad de consumo y
paralelamente crea a un ser individualista formado exclusivamente
para competir con el otro, en el terreno de quien gaste más dinero o
de quien tenga la mejor marca de cualquier producto.
En esa ética crece, se
desarrolla y multiplica su génesis. El sistema cultural del capital
despersonaliza a los individuos. Los pone a soñar en mundos
exclusivos, aun cuando esa fantasía sea un producto en serie con
marca registrada en algún centro mundial de sueños.
Ideológicamente un
sujeto formado en la ética de los valores del capital dificilmente
podrá entender que una estafa inmobiliaria, por ejemplo, es un
problema colectivo que debe ser penalizado con las leyes de la
República; pensará que se trata de un problema perteneciente al
destino personal en el cual debe llorar su fracaso en la más
absoluta soledad, pues nunca será un problema de interés público.
Romper
el dominio cultural del capitalismo
El individualismo es un
logro ideológico de la sociedad del capital; logro que, como un
virus, nos ataca contaminándonos de indiferencia y nos pone a crer
que estamos más cerca de los triunfos de Ariana Grande
que de las ocasionales vicisitudes de cualquier cercano vecino.
Gramsci nos dice que
“para garantizar el dominio en el plano de la economía, el
capitalismo acude a la lucha cultural donde instala una lucha de
pensamiento, un monopolio de la circulación de ideas y de productos
culturales casi absoluta; pero para romper ese dominio cultural la
revolución debe ir a la lucha política, a la construcción de la
resistencia y de la alternativa”.
La formación
socialista es la alternativa planteada como resistencia al patrón
único de pensamiento del sistema capitalista, ése que ha logrado
que hoy en día un muchacho de Bangladés, Bogotá o Moscú usen una
misma marca de pantalón y crean seriamente que no hay en el mundo
una mejor cantante que Shakira.
Sobre el tema de la
formación el conocido profesor Vladimir Acosta aporta un interesante
argumento señalando que “con los mismos patrones ideológicos
del capitalismo, el consumismo, individualismo y el egoismo no se
puede construir una sociedad distinta. Si no quebrantas los valores
sobre los cuales está cimentada esta sociedad que todavía impera
aquí y en el mundo entero, difícilmente podrás constuir una
sociedad socialista, por más que lo proclames”, (“Si
no cambias o abres la mente de la gente la revolución está
perdida”. Entrevista Vladimir Acosta en Correo del Orinoco
14-3-2011).
El
presidente Chávez fue un persistente motivador en el tema de la
formación ideológica y política. Permanentemente apelaba al
concepto aristotélico de participar activamente en el hecho político
como un principio de la democracia participativa.
La formación socialista rescata la ética de la
solidaridad como principio. En la ética socialista nos sentamos
todos en la mesa o nos nos sentamos. La formación socialista nos
dice que el trabajo es una fuente para la transformación de las
cosas en función del bienestar colectivo y no una fuente para la
explotación y apropiación del trabajo ajeno.
Pero
educar socialistas no es fácil porque ese hecho implica atender
valores y principios en reconocimiento del sujeto sobre el capital y
eso tiene connotaciones de impacto político internacional; por ello
la discusión sobre los modelos de desarrollo económico se están
originando desde Venezuela como una alternativa al agotado modelo
económico capitalista hoy en crisis global.
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